Opinión

Metodologías colaborativas y enfoque intercultural en la prevención de violencia contra mujeres indígenas

Metodologías colaborativas y enfoque intercultural en la prevención de violencia contra mujeres indígenas

Metodologías colaborativas y enfoque intercultural en la prevención de violencia contra mujeres indígenas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
* Dra. Oresta López Pérez
 

“Ser una persona india supone ser un constante compañero de las almas.”

Miguel Alberto Bartolomé1

En 2017 se creó el Laboratorio de Investigación: Género, Interculturalidad y Derechos Humanos (LIGIDH), en el Colegio de San Luis, con el objetivo de generar conocimiento aplicado que contribuya a explorar nuevas líneas de investigación social, de carácter emergente, acordes con las prioridades planteadas tanto en las convenciones internacionales que ha signado México en materia de violencia de género y de derechos humanos, como en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En este sentido, el LIGIDH intenta responder a una nueva construcción institucional que permita reunir esfuerzos de investigadores de la región, con formaciones disciplinarias diversas, con adscripción a diferentes instituciones, en formas flexibles para la atención a proyectos que, por su complejidad, demandan nuevos conocimientos y un constante trabajo en equipo.

Exponemos a continuación resultados de uno de los proyectos realizado en el LIGIDH,  dirigido a atender demandas de pueblos indígenas y en particular de las mujeres indígenas de la entidad.2 Los objetivos fueron:

a)

Recuperar metodologías colaborativas para prevenir violencia de género con enfoque intercultural.

b)

Ofrecer como resultado un conocimiento aplicado, a partir de un material educativo multilingüe elaborado desde la visión de las mujeres indígenas.

Desde estudios de interculturalidad y género, ya se había planteado la dificultad de hacer llegar a las mujeres indígenas las políticas de igualdad de los programas de gobierno. Ello se debe no sólo a la dificultad del idioma sino a la distancia cultural que existe en tales políticas, encaminadas especialmente a mujeres de clase media urbana. Incluso los colectivos feministas y el movimiento de las mujeres se localizan históricamente en las ciudades. Sólo recientemente podríamos hablar de feminismos indígenas y feminismos comunitarios emergentes en Ecuador, Bolivia, Guatemala, Colombia y Argentina. En  México, las indígenas insurgentes del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional crearon la Ley Revolucionaria de las Mujeres, única en su tipo. Las teóricas de estos movimientos plantean que no se identifican con los enfoques, tiempos y propuestas del feminismo liberal. Sus argumentos reiteran que las mujeres indígenas tienen diferentes realidades y conocimientos sobre el género. Para ellas, la dimensión identitaria de indígena, es indisociable de la noción de comunidad, familia y pareja, incluye también otros elementos como la tierra, la naturaleza y la espiritualidad.

En este sentido las campañas para prevenir violencia de género —si llegan a las mujeres indígenas—, aparecen con contenidos fragmentados o sectorizados, con términos médicos o jurídicos sobre la violencia, de matriz occidental; insertándolas en representaciones homogéneas, sin ver las diferencias culturales, económicas o de clase social que enmarca sus contextos de vida. Invitarlas a la denuncia telefónica, o bien a la búsqueda de información en internet o centros de atención, carece de sentido para las mujeres que viven en pueblos sin telefonía, sin caminos, sin acceso a servicios de salud o de ministerios públicos. Ante estos retos, el investigador difícilmente puede ofrecer un material educativo adecuado, si se apega a las metodologías que emplearía para hacer prevención en las ciudades o con otros grupos de mujeres.

Las metodologías colaborativas parten de criticar las posiciones jerárquicas en la producción de conocimiento académico, donde el investigador tiene la posición creadora de conocimiento y la capacidad de extraer información. En las metodologías colaborativas se deconstruye esta relación. El investigador reconoce la agencia del informante en la producción de conocimiento, co-investigan y co-laboran cada quien con sus experiencias, aportes y conocimientos previos, para cumplir un objetivo común.

En este sentido en mi papel de investigadora, explorando estas metodologías, fui afortunada de haber conocido a Bajudh Tzalap Rodríguez, una antropóloga Tének,  de 23 años, de la comunidad de Tamaleton, quien aceptó la colaboración para producir junto conmigo, un guion que pudiera reunir conocimiento intercultural para prevenir violencia contra mujeres Tének, Nahuas y Xio’ui de San Luis Potosí. Bajudh además es parte del ritual de los voladores, sabe música y toca el tzentzen.

En nuestras charlas sobre conceptos de violencia, para la construcción del guion, afloraban algunos hallazgos de la investigación. Entre otros el conocimiento de que las mujeres indígenas tienen estrategias tradicionales propias para abordar las violencias, mismas que no conocen o no toman en cuenta quienes quieren prevenir violencia. Bajudh cuenta que: “cuando a una niña Tének le pasa algo terrible y feo, la familia le cambia el nombre” dando oportunidad a que esa niña se reinvente una vida, la comunidad acompaña la nueva vida y respeta la nueva identidad. Asimismo hablamos de otras particularidades étnicas, sobre las etapas de la vida, la sexualidad, el matrimonio, la violencia, el noviazgo, el embarazo, entre otros temas.

Descubrimos que cuando se habla del impacto de la violencia contra las mujeres indígenas, éste supera con mucho el cuadro médico y victimal establecido por las instituciones; se trata de un malestar que afecta el alma, el cuerpo, el entorno natural y el comunitario. No obstante, desde el concepto de agencia, Bajudh descubre que las mujeres indígenas, desde pequeñas, tienen un sentido de intuición y  percepción de la armonía o del peligro, a partir de los sueños. Los sueños son parte de la realidad, son productores activos de subjetividades válidas para orientar actos de la vida cotidiana. Los sueños pueden ser un recurso para prevenir.

El estudio de la violencia contra las mujeres constituye un tema emergente en las ciencias sociales y en el diseño de políticas públicas, pues es un problema multifactorial que presenta grandes retos para su erradicación. Los materiales interculturales con metodologías colaborativas serán valiosos para preservar la libertad y la vida de las mujeres indígenas, que son quienes enfrentan mayores desigualdades. Las ciencias sociales pueden contribuir a lograrlo.

Coordinadora

Laboratorio de Investigación:

Género, Interculturalidad y Derechos Humanos

El Colegio de San Luis

1

M.A.Bartolomé, Gente de Costumbre y gente de Razón, México, Siglo XXI, 2014.

2

Proyecto “Diseño de materiales multimedia para prevenir violencia de género con perspectiva intercultural”, 2018. COLSAN-Instituto de las Mujeres de SLP.