CANCILLER MARCELO EBRARD:+Me someteré siempre al juicio de la Historia

Cristina Fernández de Kirchner

CIUDAD DE MÉXICO.- ¿Es aceptable que cuando un político es muy joven, a pesar de ser ya representante popular en su país, le cambie el nombre a una nueva función que se le confiere, cuando la ley claramente tiene tipificada tal función?

Algo muy delicado lo anterior, sin duda alguna, máxime cuando se trata del oficio de presidente de la República y el sujeto de marras se proclama —¡nomás para agravar más el asunto!— presidente encargado del país…

Bueno, pues eso hizo ayer Juan Guaidó, quien de ser, como legislador, el líder principal de la oposición al régimen de Nicolás Maduro, se fue a la plaza Juan Pablo II y rodeado de una amplia multitud gritó, urbi et orbi:

“¡Juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional como presidente encargado de Venezuela… para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y tener elecciones libres!”

Caray, canciller Ebrard, estará usted de acuerdo, seguramente, en que puntadas de esa naturaleza solo pueden ocurrir en nuestros paisitos latinoamericanos, hasta cuando se trata de un asunto que pudiera pasar por los pantanos de la traición a la Patria, en cualquiera de los bandos en pugna.., o  incluso en cada uno de ellos, como ha sido la farsa lamentable que ha destrozado la vida política, económica, social, institucional e histórica de ese país desde que Hugo Chávez distorsionó todo todo en su país y luego se le ocurrió morirse dejando su responsabilidad en manos de un segundo muuuuy segundón, que ha hecho polvo la paz y la solidaridad nacional sin más beneficio que el de un pleito callejero entre dos sujetos a cual más de ineptos como han resultado el supuesto presidente Maduro y su presunto sucesor Guaidó… Y tan ridícula y estúpida situación ha sido ésta que pareció urdida por Chávez para mantener su obsesión del hombre fuerte de su país, el pajarito que veía Maduro con su mente debilitada y afectada de borrachera crónica… Tan ridícula y etcétera, le decía, canciller Ebrard, que alguien, en el tránsito de la protesta de Guaidó a la llegada de la noticia quién sabe a cuántos medios informativos, consideró que el único capaz de autobautizarse como el presidente encargado de Venezuela, había sido una puntada de ¡Donald Trump, por Dios..!, como usted seguramente se enteró ayer por las horas del mediodía...… Y allá en Caracas, Maduro cometía la barrabasada que le faltaba en el repertorio de las brutalidades de gobierno que había cometido ya, para coronarlas con su decisión de romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos.   Aquí en México, y en apego a la histórica postura de política exterior de respetar la autonomía de todas las naciones, recibimos el anuncio del vocero oficial del presidente López Obrador, Jesús Ramírez Cuevas,  en el sentido de que “no hay cambios de postura (respecto del gobierno venezolano) y esto implica que México sigue reconociendo como presidente a Nicolás Maduro. ¡Él es el presidente democráticamente electo...!"

Puesssssí, el presidente democráticamente electo.., que no solo la mayoría ciudadana venezolana desconoce, sino también la mayoría de gobiernos en el planeta.

Está usted frente a su primera gran prueba y usted lo sabe muy bien que es así, canciller Ebrard. Créame que a pesar de los desencuentros que hemos tenido en los últimos tiempos, le deseo  salir airoso de esta situación…Internet:  Lmendivil2010@gmail.com Facebook: Leopoldo MendívilTwitter: @Lmendivil2015Blog: leopoldomendivil.com