La relación entre el fotógrafo colombiano Leo Matiz (1917-1998) y el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974) inició en 1945, cuando Matiz capturó una serie de retratos que el pintor plasmaría en el mural Cuauhtémoc contra el mito; sin embargo, años más tarde el colombiano denunció a Siqueiros de plagio y ahora parte de esas polémicas fotografías se exhiben en dos salas del Museo del Palacio de Bellas Artes como parte de la muestra Leo Matiz: el muralista de la lente. Siqueiros en perspectiva.
La exposición que será inaugurada hoy en el marco del Año Dual México-Colombia, reúne 40 piezas entre fotos, pruebas de contacto, óleos y material hemerográfico, las cuales narran la influencia que tuvo la fotografía en la obra de Siqueiros y recuerdan los 100 años de nacimiento de Leo Matiz. Además, se podrá apreciar in situ en qué parte de los murales el artista pintó los cuerpos humanos, objetos y animales que Matiz fotografió.
“Por ejemplo, encontrarán el perro rabioso que está en el mural Cuauhtémoc contra el mito porque gran parte de los bocetos que empleó Siqueiros para los murales que están hoy en Bellas Artes, salieron de las series fotográficas de Matiz. La imagen del perro dimensiona la importancia de hacer el esbozo de un perro agresivo y ladrando, porque era algo que no se podía tener posando en varias sesiones”, precisó el curador Miguel Ángel Flórez.
En la exposición se apreciará la serie del perro hecha por Matiz y también la litografía El perro rabioso pintada por Siqueiros. “La propuesta inicial de Siqueiros era realizar un gran mural sobre la Revolución Mexicana, entonces mi papá creyó en el proyecto y él mismo se puso a estudiar ese episodio, a buscar los modelos”, comentó Alejandra Matiz, hija del fotógrafo.
Sin embargo, lo que inició como colaboración terminó en una disputa de créditos intelectuales. “Siqueiros concebía sus proyectos murales como grandes proyectos cinematográficos y en ellos siempre existió la garantía de dar el crédito intelectual a los creadores que participaban: arquitectos, artesanos, historiadores y fotógrafos… y así se lo prometió a Matiz”, narró el curador Flórez.
Pero en 1947, el muralista realizó una exposición en el Palacio de Bellas Artes de 70 pinturas elaboradas al caballete y con material nuevo, entonces cuando Matiz visitó muestra, se dio cuenta que estaban sus modelos, que no había murales y que las pinturas no tenían crédito.
“Leo denunció al pintor por plagio, Siqueiros reaccionó de manera indignada y quemó el estudio de Matiz que se ubicaba sobre la Avenida Juárez, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. A partir de ese momento, el fotógrafo colombiano salió del país”, detalló Flórez.
En palabras del curador, la exposición que permanecerá hasta el 15 de octubre, logra superar el origen de la disputa, coloca a los dos artistas en el nivel justo de sus creaciones y aborda la unión de dos lenguajes estéticos.
“Sobre el conflicto, colocamos una seria de documentos hemerográficos publicados por la revista América en 1947 que nos permite dar un seguimiento muy riguroso al debate público entre Matiz y Siqueiros”, añadió.
Al respecto, la hija de Leo Matiz y heredera del archivo del fotógrafo, su papá se arrepintió de haberse peleado con Siqueiros y de haber dejado México por 50 años. “Cuando dejó México su carrera se vio truncada pero cuando regresó en 1996, tenía mucho miedo, me dijo: ‘no hables de Siqueiros, no digas nada’. Me lo dijo como si las brigadas de choque de Siqueiros aun estuvieran”.
INNOVADOR. Leo Matiz: el muralista de la lente. Siqueiros en perspectiva reúne piezas de las colecciones Sala de Arte Público Siqueiros y Fundación Leo Matiz, también cuenta con la colaboración del Antiguo Colegio de San Ildefonso.
“Siqueiros usó la fotografía de Matiz para los murales que están en el Palacio de Bellas Artes: Tormento de Cuauhtémoc y Apoteosis de Cuauhtémoc, el tríptico Víctima del fascismo, Víctima de la guerra. En la muestra también exhibimos el óleo Nuestra imagen actual, así como la serie de fotografías que hizo Matiz para ese caballete y en el que participaron los modelos Angélica Arenal, esposa de Siqueiros, y el boxeador Víctor Arrevillaga”, señaló la curadora Estela Treviño.
También la muestre reúne material audiovisual en donde se explica que a partir de 1936 fue cuando el muralista incursionó en la fotografía. “Estuvo en Nueva York y ahí había apelado a la utilización del fotomontaje, lo que en el expresionismo norteamericano se conocería después como el accidente controlado”, dijo.
► Leo Matiz: el muralista de la lente. Siqueiros en perspectiva estará abierta hasta el 15 de octubre en las Salas Rufino Tamayo y David Alfaro Siqueiros del Museo del Palacio de Bellas Artes.
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