
Este fin de semana se plantó Tierra Adentro en el Lunario del Auditorio Nacional, que trajo a ocho propuestas del rock independiente nacional, repartidas entre el viernes y el sábado, con lo que se dio inicio a este festival que celebra la música alternativa y tiene como objetivo probar que existen más grupos además de los que acaparan los carteles de los grandes conciertos.
Con el foro apenas a un cuarto de su capacidad, Expedición Humboldt, michoacanos inauguradores de esta fecha pintaron el terreno con su colorida psicodelia proveniente del Musicalario, su primer EP, el cual dio pie al repertorio, corto, pero conciso, de su primera noche en el Lunario.
Sierra León fue la segunda banda en aparecer en el escenario, quienes en su temprana carrera ya tienen experiencias tocando en lugares que van desde la explanada de algún metro en la ciudad hasta festivales musicales en Beijing. Armados con canciones que incluyen potentes baterías combinadas junto a sintetizadores, aunaron al ambiente y lograron que los asistentes se contagiaran con el ritmo de las canciones.
La mezcla de géneros se escuchó cuando David Aguilar subió, guitarra en mano, a hacer sonar el silbido y las canciones que lo trajeron desde Sinaloa hasta la ciudad. Con un showcase donde convergieron la cumbia y lo norteño junto a la actitud bohemia y trovadora de Aguilar, que usa como fondo para disparar las letras bien pensadas de su proyecto.
Los que finalizaron este día fueron los chihuahuenses Felipe El Hombre, banda que se ha ganado un lugar entre los citadinos gracias a sus diversas apariciones con colectivos como el Aquí No Hubo Escena, y que ya con tres discos en su haber, produjeron la explosión necesaria para cerrar la primera noche de cuatro de este festival.
El Lunario mantenía su número de asistentes este segundo día, cuando Capital Sur comenzó con su rock progresivo a narrar la historia del Plano Circular, un disco que ellos han definido como conceptual, como la aventura de encontrarse a uno mismo a través de la música y que intentaron transmitir en este concierto.
Baltazar llegó con canciones más oscuras, pero que alcanzaba la brillantez necesaria para emocionar a la gente. El grupo se agregó a este festival a pesar de no encontrarse en el mapeo original de la revista, ya que tenían el potencial para convertirse en referente, mencionó Hidalgo durante la presentación del cartel.
A partir de aquí, el rock y el rap unieron fuerzas para satisfacción del público. Primero, Robot Junkie Paradise salió al escenario con su propuesta que combina los sonidos estridentes salpicados de rimas y coros pegajosos, al estilo Beastie Boys, donde cupo la colaboración que hicieran con Lng/SHT en el tema “Zigzag”.
Y justo Lng/SHT, de Cancún, fue quien terminó esta segunda noche, subiendo al escenario para gritar “les juro que sí llego” y convencer a las personas de acercarse más y hasta armar un slam, con el cerró su presentación chocando puños y palmas con los fans que se mantenían pegados a la barda que separaba al público del artista.
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