Tuvimos que esperar 20 años para que un gobierno le declarara la guerra a los ladrones de combustible de Pemex, un delito que, con ganancias de más de 66 mmdp anuales, pasó a ser el más rentable para el crimen organizado, sólo por debajo del tráfico de drogas.

El llamado huachicol se remonta 20 años atrás, cuando se dio la primera alternancia presidencial y, desde entonces, la impunidad fue el motor que lo catapultó y encumbró.

La omisión del Estado generó que el hurto pasara de 500 mdp en los primeros años, a más de tres mil 400 mdd en 2018.

Los tres últimos expresidentes no pudieron contenerlo y en cambio, “casualmente”, durante 18 años hicieron muy poco para evitar que el negocio se diversificara, creciera de manera exponencial y se reforzara con poderosos cómplices, dentro y fuera de Pemex.

Las consecuencias de la inacción dejaron, al término del gobierno de Vicente Fox, 213 tomas clandestinas;1,635 con Felipe Calderónn, y la escandalosa cifra de 12,535 con Peña Nieto.

Tan rentable y atractivo se convirtió el huachicol, que corrompió tanto a funcionarios y trabajadores de Pemex como a empresarios, gasolineros, policías, militares y políticos.

Incluso, comunidades y poblaciones enteras, al ser beneficiadas ilícitamente con el hurto de combustible, se convirtieron en cómplices y defensoras a ultranza de los saqueadores.

Todos ellos, coludidos para sangrar a Pemex, conformaron un monstruo de mil cabezas difícil de penetrar, desarticular y vencer.

Por ello, desde el ángulo que se vea, es encomiable la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de desplegar un plan nacional para combatir este negocio ilícito.

El reto no es menor, es una lucha contra poderosos intereses encumbrados por años, dentro y fuera de Pemex.

Una sofisticada red criminal dispuesta a todo con tal de no perder sus ilegales canonjías.

Hasta ahora han respondido con sabotajes, campañas difamatorias contra el Presidente y su gobierno, provocaciones y difusión de información falsa y amarillista pagada en algunos medios de comunicación.

El gobierno está haciendo la parte que le toca y ya dio a conocer avances sin precedente en esta lucha.

Nos corresponde a todos los mexicanos respaldarlo y cerrar filas, como nunca antes, para resistir la crisis y vencer al monstruo.

Es momento de encarar el problema y desterrar la impunidad del huachicol, para recuperar los más de 66 mmdp que nos roban cada año, y destinar ese recurso al bienestar del país. Vale la pena el sacrificio.

* Alcalde de Miguel Hidalgo

Tr: @vromog