Sin sorpresa, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) determinó que el proyecto de Dos Bocas, Tabasco, la mega refinería con la que AMLO pretende abaratar las gasolinas en el mercado interno nacional, representa beneficios sociales de primer orden y que no provocan alteraciones relevantes en los ecosistemas y sus recursos naturales o en la salud.

Para la ASEA, el desarrollo de los pobladores y los seres vivos de la región no corre peligro significativo por Dos Bocas. Ni altera la calidad del agua pluvial ni su infiltración en el subsuelo, ni generará emisiones contaminantes y partículas suspendidas o generación de ruido ni habrá una disminución de los patrones de cobertura de la vegetación que resulten lo suficientemente significativos para ser considerados nocivos.

Las etapas de desarrollo del proyecto, desde la preparación del sitio hasta la operación y mantenimiento, a juicio de la ASEA, no tienen un solo impactos ambiental negativo crítico, sólo tiene tres severos y la mayor parte (61) son moderados.

El documento retoma pasajes completos de la argumentación amlista sobre este proyecto:

“Detonará el crecimiento económico del sureste de México, que se había mantenido abandonado hasta la fecha. En el aspecto social, resulta positivo debido a que contribuirá a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región, con la creación de infraestructura y empleo. En el aspecto ambiental, cabe señalar que, aunque el desarrollo del proyecto provocará afectaciones moderadas al ambiente, éstas serán controladas, mitigadas o compensadas mediante diferentes sistemas de control ambiental, programas de manejo y de rescate y reubicación de fauna, así como programas de reforestación”, se lee en las conclusiones del documento hecho público ayer.

La manifestación de impacto ambiental y estudio de riesgos eran documentos que se habían exigido desde organizaciones de la sociedad civil como faltantes de un proyecto de esta envergadura. Incluso el desmonte de terrenos con cobertura vegetal se realizó bajo una lógica de fast track en la que el Congreso de Tabasco cambió leyes a efecto de evitar la licitación para contratar empresas que realizarían el desmonte. Esto generó una multa ambiental a dichas empresas, pero el terreno quedó libre de vegetación.

Ayer, la ASEA indicó que espera que las posibles afectaciones se reduzcan y que, en general, el proyecto contribuya a “mejorar la calidad del sistema ambiental a través de la producción de combustibles limpios”.