Opinión

No todos estarán a tiempo para el show

No todos estarán a tiempo para el show

No todos estarán a tiempo para el show

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Es verdad que al momento es un suicidio reunir a jugadores, staff de coacheo y personal de los equipos para iniciar formalmente las actividades de temporada baja dentro de las instalaciones de cada franquicia. La idea original de la NFL y que al día de hoy se mantiene intacta es la de iniciar en tiempo y forma el jueves 10 de septiembre, sin embargo, ese escenario aún esta en el aire. Es verdad que han reiniciado actividades en diversas ligas de futbol soccer en España, Alemania, Corea del Sur, pero no podemos ignorar que Estados Unidos junto con Brasil son los epicentros de la tragedia de este virus que tiene en jaque al planeta.

Por tal motivo, es harto interesante saber cuáles son las repercusiones que traería a uno y otro equipo el arrancar la temporada de la NFL, en caso de que se lograra, aunque hay que decir que son varios los jugadores que han manifestado su miedo a regresar sin una cura o tratamiento para este padecimiento, aunado a los muchos otros atletas de la Liga que se han manifestado en contra de jugar sin público en los estadios, pues como señalan, y con justa razón, no es lo mismo. Sencillamente se perdería el sentido de jugar con la ventaja que da la localía.

No obstante, hay otro detalle que, de darse el arranque de la campaña en la fecha oficial sin haber tenido una pretemporada adecuada, podría afectar mucho, pero mucho más a unos cuantos conjuntos que a otros principalmente por una razón: la familiarización de jugadores clave que llegan al equipo, y en el peor de los casos de un nuevo coach que, por obvias razones, no tuvo el tiempo necesario para implementar su sistema de trabajo.

Y es que no es lo mismo iniciar actividades con un equipo ya conjuntado en cuanto a jugadores y staff de coacheo (con todo aquello que conlleva como las estrategias ofensivas y defensivas) que arrancar desde cero con alguien que no conoce a sus compañeros, deportivamente hablando, y peor aún, un entrenador de perfil ofensivo, faceta de un equipo que requiere de una trabajo cuidadoso y perfeccionista para ajustar cada uno de los puntos de plan de juego.

Por tal motivo, hemos seleccionado a nueve franquicias que podrían verse en ese problema, algunas más que otras, ya que con el poco tiempo para ponerse a punto seguramente sufrirán.

Un coach inexperto en Carolina

Comencemos por las Panteras de Carolina, que estrenarán entrenador en la persona de Matt Rhule y quarterback con Teddy Bridgewater. Rhule llega del futbol colegial, de la Universidad de Baylor, y que además en el colmo de la incertidumbre llegó a insinuar que le apoyarán con un coach asistente con amplio conocimiento de futbol profesional, pues él, reconoce, no está aún tan empapado de la NFL, pues su vida la ha dedicado al futbol universitario. Vaya declaración. Lo peor es que al mirar su staff no se encuentra ningún asistente con las características que solicitó.

Por si eso fuera poco, abrirán con un nuevo mariscal después de casi una década bajo el mando de Cam Newton. El encargado será Bridgewater que, aunque posee cualidades y un equipo ofensivo decente que descansa en la figura del fenómeno de Christian McCaffrey, tendrá como ayuda a Joe Brady, ex coordinador ofensivo de LSU, Universidad que se coronó en 2019. Aun así, después de escuchar los argumentos de Rhule, el nuevo entrenador, deja mucho que pensar.

Rivera se guiará por sus instintos

Otro conjunto que enfrentará problemas de acoplamiento será el de los Pieles Rojas de Washington. Debuta Ron Rivera como su nuevo entrenador, un tipo conocedor y exitoso en la NFL tras su paso como head coach en Carolina y coordinador defensivo en diversos equipos, sin embargo, el punto es la nula comunicación que ha tenido con sus jugadores dada la situación sanitaria y sobre todo la incertidumbre en la posición del mariscal de campo. Aún bajo el mando de Jay Gruden hace un año seleccionaron a Dwayne Haskins de Ohio State (no olvidemos que este jugador no era del agrado del dueño Dan Snyder) y el chico no ha demostrado nada extraordinario. Seguramente Joe Theismann estará arrepentido de haber autorizado que Haskins usará su número 7. Gruden fue despedido y les dejó ahí ese paquete.

Rivera, que no es tonto, sabe que el chico no hará mucho y se llevó al pasador Kyle Allen, ex de Carolina, a Washington. El problema ahora será decidir la titularidad sin el suficiente tiempo de práctica, por lo que Rivera seguro se irá con su jugador conocido.

McCarthy, oxidado y entre dos QB

Los Vaqueros de Dallas desde ya se encuentran en una disyuntiva enorme: dejar que Dak Prescott haga su berrinche por querer a fuerza ser el jugador mejor pagado de la historia e irse con Andy Dalton o doblar las manos como lo hicieron con Ezekiel Elliott. Eso lo decidirán los Jones, Jerry y su hijo Stephen. Sin embargo, uno de los puntos finos del conflicto es que Mike McCarthy, su nuevo y radiante entrenador, lleva un año en el retiro, su filosofía ofensiva es compleja, aunque muy efectiva, y por lo mismo es un sistema que no se monta en semanas. Quizá para McCarthy no sea tanto el problema si arranca con Prescott o Dalton, los dos pueden ejecutar su juego, el problema será el tiempo. Un comentario que sonó fuerte hace unos meses en el círculo de la NFL fue que muchos expertos se preguntaban si McCarthy aún tenía cuerda para seguir en el negocio. El argumento fue que aún a sabiendas de su talento ofensivo, ningún equipo se interesó en él para dirigir en el 2019.

Chicago entre el dinero y los méritos

Con los Osos de Chicago, el entrenador Matt Nagy tiene un crucigrama y muy difícil de resolver sin el tiempo adecuado para evaluar a sus dos quarterbacks: decidir entre Mitch Trubisky (que ostenta un contrato de primera selección colegial) y Nick Foles, llegado de Jacksonville. A simple vista no hay mucho que pensar. Mientras que Trubisky ha tenido una regresión en su desarrollo, Foles es ganador de un Super Bowl y MVP del mismo, sólo que fuera de Filadelfia jamás ha tenido suerte. Es necesario ver a los dos trabajar con el primer equipo en las prácticas, pero ante esta situación es imposible, así que lo más seguro es que no habrá otra opción que hacerlo sobre la marcha. Foles brilló bajo el sistema de Doug Pederson con las Águilas, y Nagy maneja un tipo de ofensiva muy parecido, pues no hay que olvidar que ambos entrenadores fueron asistentes con Andy Reid en Kansas City. Seguramente Nagy se inclinará por Foles, pues va en ello su trabajo como entrenador.

Los Patriotas vuelven a ser mortales

Entre las situaciones que despiertan más morbo en la temporada es ver que sucederá con los Patriotas de Nueva Inglaterra y Bill Belichick sin Tom Brady. Ahora más que nunca, ese entrenador necesitaba más tiempo para trabajar muy de cerca con Jarrett Stidham, su nuevo pasador, y ponerlo a punto para ejecutar la ofensiva del coordinador Josh McDaniels, una ofensiva que se basaba mucho en la lectura de un quarterback como Brady. Eso no sucederá y será toda una ola de curiosidad ver qué hará Belichick por demostrar que todavía puede seguir ganando sin Tom.

El prestigio no bastará en Tampa

De la mano del conflicto de los Patriotas esta la situación con los Bucaneros de Tampa Bay, donde Tom Brady, por más que aún derroche calidad y experiencia no tendrá el tiempo suficiente para acoplarse a su nueva ofensiva, principalmente a su talentoso cuerpo de receptores, que por muy bueno que sea con Mike Evans y Chris Godwin, aún no desarrollan la química que en su momento tuvo con Julian Edelman en Nueva Inglaterra. Las ofensivas son maquinarias exactas, perfectas, pero para que funcionen con tal maestría requieren tiempo de trabajo, de práctica, algo de lo que hoy se carece.

Una perrera sin control

En Cleveland, los Browns enfrentan un caos para sembrar las semillas de su nueva filosofía. Llegó Kevin Stefansky, un gurú ofensivo, que promete implementar una cultura ganadora porque el talento ahí está, el problema es que al igual que todos los nuevos entrenadores en esta temporada carecerá de tiempo para hacerlo de la manera adecuada. Stefansky necesitaba la temporada baja para volver a asentar sobre la tierra al joven y talentoso pasador Baker Mayfield, pero ahora tendrá que hacerlo juego a juego si es que hay campaña.

Dos debuts mismo reto

Finalmente está el caso de Joe Burrow con los Bengalíes de Cincinnati y Philip Rivers con los Potros de Indianápolis. De Burrow, vaya manera de iniciar su carrera en la NFL, con toda la responsabilidad de mostrar progreso inmediato, pero sin el tiempo necesario para acoplarse al sistema, a sus entrenadores (principalmente al coach Zach Taylor) y a sus compañeros; de Rivers, quizá la tenga más sencillo al ser estar más familiarizado con el entrenador Frank Reich, quien fue coach de mariscales en los Cargadores hace cinco años. Aun así, no debe ser sencillo arrancar con otro equipo después de 16 años de estar en una misma franquicia.

En pocas palabras, la NFL esta con una moneda en el aire para decidir si hay o no temporada. De llevarse a cabo, equipos como estos que hemos señalado resentirán las consecuencias del confinamiento, enemigo mortal de un deporte tan estratégicamente organizado a detalle en grupo como el futbol americano.