Nacional

Perros, fieles amigos en la lucha contra el COVID, un texto de Gerardo Gamba

Un texto del Dr. Gerardo Gamba en torno al uso de caninos como detectores de enfermedades y su entrenamiento para detectar COVID

Perros, fieles amigos en la lucha contra el COVID, un texto de Gerardo Gamba

Perros, fieles amigos en la lucha contra el COVID, un texto de Gerardo Gamba

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Nuestros grandes amigos los perros se están uniendo a nosotros en la lucha contra el COVID. Es sabido por todos que los perros tienen gran sentido del olfato y que esto se ha explotado a lo largo de los años para que nos ayuden en ciertas tareas.

¿Quién no recuerda a la célebre Frida que tanto ayudó para detectar en donde existía alguien que pudiera ser rescatado de las ruinas que dejó el temblor en la Ciudad de México en el 2017? Otra tarea muy conocida en los perros policía, los llamados K9, es la detección de drogas o explosivos mediante el olfato, con tal certeza que son ampliamente utilizados en los aeropuertos para tal efecto.

El uso de caninos en medicina como detectores de enfermedades no es nueva. En diversos países se utilizan para detectar personas portadoras de diversos cánceres, que incluyen los de pulmón, de mama, de vejiga, de próstata y de glándula tiroides, así como el temido melanoma de piel. Alguna molécula volátil se genera en estos casos que los perros pueden detectarla y así, si uno entrenado para hallarlas lo hace en algún individuo, se recomienda su estudio a fondo que podría detectar un tumor en etapa tratable.

La fisiología del sentido del olfato es de lo más fascinante que hay en la biología, aunque en los humanos tiene mucho menor poder que en otras especies. Aun así, en nosotros el olfato es un sentido importante y lo que hemos desarrollado en particular es la memoria olfativa. No hay detonador más poderoso que el olfato para hacernos recordar. Un olor nos trasporta de inmediato a alguien o algo que pudo haber sucedido decenas de años atrás.

La forma en que se perciben los olores fue desenmascarada en 1991 por Linda Buck y Richard Axel, motivo por el que recibieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 2004.

Las células de la mucosa olfatoria en la nariz están conectadas al bulbo olfatorio, de tal forma que la activación de una célula o conjunto de células de la mucosa olfatoria se traduce en un impulso nervioso que, del bulbo olfatorio, viaja a diversos lugares del cerebro y evoca variedad de respuestas.

Cada célula de la mucosa olfatoria está equipada con un tipo particular de receptor, que puede interaccionar con una molécula volátil en particular. Los receptores olfatorios son el grupo de genes más abundantes.

De los aproximadamente 30 mil genes que tenemos los humanos, alrededor de 500 codifican para los receptores olfatorios, que se expresan en la membrana de las células de la mucosa olfatoria. Un olor puede estar compuesto por una diversidad de moléculas volátiles, a diferentes concentraciones, cada una de las cuales estimulará un grupo específico de células de la mucosa, y es el conjunto de activación de diversas células lo que genera el impulso que viaja por el bulbo olfatorio y se traduce en un olor en particular.

Mientras los humanos tenemos una mucosa olfatoria de 10 cm2 en promedio, los perros la tienen de 170 cm2. Los pastores alemanes y otras razas que se utilizan como detectores tienen hasta 200 cm2 de mucosa olfatoria. Además, los perros tienen al menos 100 veces más receptores olfatorios por cm2 que nosotros. Aunado a esto, los caninos tienen más de mil genes que codifican para receptores olfatorios, así que su capacidad para detectar diversidad de moléculas volátiles y a concentraciones bajas es mucho mayor que la nuestra.

En los meses recientes grupos de expertos en la utilización de perros con diversos fines de detección, en particular en Finlandia, Francia y Líbano, han entrenado a perros a reconocer algún olor que se genera en pacientes con COVID. Los perros son entrenados a detectar dicho olor a partir de ropa y fluidos de pacientes con COVID.

Apenas empiezan a aparecer las publicaciones científicas al respecto, pero un editorial de la revista Nature del 26 de noviembre da cuenta de lo sucedido en una reunión internacional que ocurrió días atrás, entre grupos interesados en este tema, que se denominó International K9 Team Workshop, en la que se presentaron resultados de diversos estudios.

En uno de ellos, cuenta el editorial, un investigador de Beirut entrenó 18 perros que, después de analizar a 1,680 pasajeros detectaron que 158 tenían COVID y estos fueron confirmados mediante PCR. La capacidad de los perros parece muy alta, ya que no responden ante casos negativos y lo hacen con gran precisión ante los casos positivos. Como muchas pruebas de laboratorio, difícilmente se puede obtener el 100 % de sensibilidad y especificidad, pero los resultados preliminares de algunos trabajos muestran que la habilidad de los perros para detectar COVID se acerca bastante.

Esperemos ver pronto los artículos científicos al respecto, pero es muy probable que los perros nos ayuden a detectar COVID en situaciones en las que es imposible otro tipo de análisis, como por ejemplo, en lugares con gran movilidad como los aeropuertos, estaciones de autobuses, trenes, puertos marítimos o el metro en diversas ciudades. Esto podría ayudar a disminuir la tasa de contagios.

Dentro del reino animal, sin duda nuestros mejores amigos son los perros. Casi todos tenemos a un perro muy querido como parte del recuerdo de nuestra infancia. Para muchos, la muerte del perro de la familia fue la primera exposición a esta cruda realidad. Son innumerables las novelas y películas en las que un perro es el protagonista.

A veces, sin embargo, son maltratados. El pueblo entero quiso culpar a un perro de la locura de Sierva María de todos los Ángeles en el Amor y Otros Demonios de García Márquez, cuando fue en realidad la falta de amor humano lo que la llevó a ese extremo.

Ahora, nuestros fieles amigos se disponen a ayudarnos a salvar cientos o miles de vidas, primero detectando a enfermos que aún no saben que tienen COVID y luego, por el efecto que tendrá que dichos enfermos se aíslen, mucho antes de lo que lo hubieran hecho.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM.