La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, abrió ayer fuego contra Facebook, por haber permitido que la matanza de Christchurch fuera retransmitida en directo. “Hicimos lo que pudimos para retirar imágenes que circularon tras el ataque terrorista. Pero al final depende de estas plataformas el facilitar la retirada. Creo que hay varias cuestiones que merecen una respuesta”, dijo, tras anunciar que llamó a la jefa mundial de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, para pedir explicaciones, tras el asalto a las dos mezquitas que ha causado 50 muertos y 50 heridos.

Preguntada por si la red social debería detener el servicio de streaming (retransmisión en directo), Ardern dijo que “ésta es una cuestión que quiero discutir con Facebook”.

“Es un problema que afecta más allá de Nueva Zelanda, pero esto no significa que no podamos jugar un rol activo en la búsqueda de soluciones”, aseguró la primera ministra, que se sumó así a las duras críticas del fiscal general de esa nación austral, David Parker.

“¿Cómo puede ser correcto que esta atrocidad sea grabada por el asesino con una Go-Pro y transmitida en directo en todo el mundo por las empresas de redes sociales? ¿Cómo puede ser correcto? ¿A quién se le debe responsabilizar por eso?”, se preguntó.

Facebook reacciona por fin. En un intento de atajar este nuevo escándalo sobre la mayor red social del mundo, Facebook indicó que durante las primeras horas posteriores al atentado se retiraron 1.5 millones de videos, en todo el mundo, 1.2 millones de los cuales fueron bloqueados cuando eran cargados.

“Seguimos trabajando sin parar para retirar contenido infractor”, dijo a través de Twitter la representante de Facebook en Nueva Zelanda, Mia Garlick.

Control de armas. En cuanto a la polémica sobre la laxitud de las leyes neozelandesas sobre la compra de armas, que permitieron al ­terrorista cristiano Brenton ­Tarrant poseer varias licencias de armas y utilizar cinco rifles durante el peor ataque de la historia de esa nación austral, el fiscal confirmó que se prohibirán los rifles semiautomáticos. “Ahora es el momento del cambio”, avisó.

Tensa espera. Mientras tanto, los familiares de las víctimas esperaban ayer con angustia la entrega de los cuerpos, proceso que culminará el miércoles, por lo que la primera ministra pidió paciencia para que los forenses concluyan la identificación de los cadáveres.

Las autoridades neozelandesas se enfrentan a las demandas de familiares y representantes de la comunidad musulmana que les apremian para poder dar sepultura a los fallecidos de acuerdo con su religión, que establece un plazo de 24 horas para enterrar a los fallecidos.