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Otra Presidencia de 3 años, inicia declive de AMLO: analista López-Aranda Trewartha

La elección, a juicio del consultor y exfuncionario de Segob, está marcando claramente el arranque de un juego nuevo para los morenistas. Con lo que tienen como núcleo duro de apoyo, no alcanza de cara al 2024. La entrevista, realizada previo a la elección, sigue vigente

Otra Presidencia de 3 años, inicia declive de AMLO: analista López-Aranda Trewartha

Otra Presidencia de 3 años, inicia declive de AMLO: analista López-Aranda Trewartha

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En el alud de análisis preelectorales, una voz llamó la atención en diferentes círculos de analistas. Refiere que la Presidencia de AMLO, como ocurrió con la de Fox, Calderón y Peña Nieto, terminará a los tres años. La tesis es de Jaime López-Aranda Trewartha, analista, consultor para diferentes gobiernos y que alguna vez incursionó en la Administración Pública Federal dejando como herencia procedimientos de seguimiento al actuar gubernamental que, curiosamente, los morenistas usan sin conocer su procedencia.

“Piensen en términos marxista, la semilla de la propia destrucción está dentro del movimiento”, señala López Aranda en plática del día 2 de junio, desde Jalisco, su tierra natal, “piensen en cómo ganó AMLO en 18 y el reclutamiento de un montón de líderes y operadores políticos de todos los partidos, mercenarios incluidos, que se formaron en torno al núcleo duro del obradorismo”.

Esa cubierta poco creyente del amlismo, oportunista, es claramente la que ya está pensando en su futuro y en la conveniencia de estar muy cerca o un poquito más lejos del presidente, señala López-Aranda, “AMLO fue una punta de lanza para abrirse caminos propios, el tema es que a las puntas de lanza les llega el momento en el que se agotan y para el 2024 ya está el banderazo de salida para los intereses propios. Recuerden que estos líderes y operadores no provienen de la caravana de los 20 años recorriendo el país”

La única posibilidad de que la presidencia amlista no “acabara” en 2021 era que el Presidente se mostrara verdaderamente indestructible en la elección, “algo que no ocurrirá”. Y la operación futura para presidencia se complicará debido que nunca pudo o quiso reclutar suficiente apoyo de la oposición para que lo acompañaran en las reformas de fondo, las constitucionales, “finalmente la apuesta de ‘sólo nosotros vamos a quedar en pie’, canceló las reformas constitucionales; AMLO no quiso pagar el costo de atraer a opositores y pensó en erradicarlos en 2021”.

Entra en acción, otra vez, la idea de una semilla interna de autodestrucción: “Hay mucha gente dentro de lo que hoy es el Movimiento de Regeneración Nacional a la que no le gusta quemar la casa si no se logra conciliar con la oposición. Grandes ideas y propuestas del círculo cercano de López Obrador fueron a morir al Congreso, en parte por la oposición, lo que es natural, pero también por la acción de personajes internos”.

Para completar el cuadro, señala el entrevistado, los órganos autónomos (a los que les sentenció la muerte si lograba mayoría calificada) están haciendo su trabajo y evitan que Presidencia opere por fuera de la cancha legal cuando no logra apoyo para sus reformas constitucionales.

En ese panorama, pide el entrevistado, no nos sorprendamos del declive de una Presidencia que quería durar mil años, pero sólo tendrá 3 efectivos, puesto que, desde Zedillo, desde Fox, las elecciones intermedias marcaron muchas veces el lanzamiento de la pregunta “¿y ahora que viene?” en la cabeza de los políticos. “En estas circunstancias, todo político que se precie hace un balance costo-beneficio en torno a la cercanía con la figura presidencial. Y lo que viene después ya lo vimos especialmente con Fox y Calderón, en donde el segundo se destapa un año antes, mientras Santiago Creel se mantenía disciplinado. Peña Nieto vivió lo mismo al elegir a José Antonio Meade, pues muchos priistas terminaron alojados en Morena”.

Como ejemplos de esos movimientos naturales, señala que la jefa de gobierno capitalino, Sheinbaum, está desmarcada en el tema del COVID con muy buenos resultados, en tanto que el canciller Ebrard responde a la trivialidad del The Ecominist, pero simultáneamente mantiene una agenda política estructurada propia.

La elección del 2018, especifica López-Aranda, fue un rompimiento, se sintió el golpe, el debilitamiento de partidos tradicionales, en cambio ahora puede significar que la agenda oficial más ambiciosa ya no está a la mano, “antagonizó tanto que ahora el consenso no es posible; ni tuvo fuerza suficiente por si mismo ni hay manera ahora de hablar con los contrarios, así que sólo queda la retórica de las mañaneras, las mismas que en diferentes encuestas ya dan muestra de desgaste.

“Mientras tanto, los liderazgos regionales están calando ahora mismo su fuerza, juntando gente y ya pensando dónde recalar en 2024. Si el Presidente hubiese demostrado que tiene un arrastre incontenible, hubiera podido decirles que quien no está con él, simplemente desaparece políticamente”, agrega, “pero los liderazgos regionales ya saben ahora que el Presidente no va a poder empujar más, que la invencibilidad, esa fiebre surgida en 2018, llegó en 2021 a su tope y no alcanza, que existe el afuera de Morena”.