Es el territorio principal de afectación de la pandemia, pero también es una ciudad heroica de cara al servicio que ha prestado ante el COVID-19, como centro operativo nacional y como urbe que se brinda al resto de las entidades federativas, sin excepción, para recibir en su territorio la carga extra de los casos sospechosos de COVID-19 que los sistemas federales no pueden atender in situ.

El peso es claro si pensamos que 353 de un total de mil 854 de las muertes que anuncia Claudia Sheinbaum, nada menos que el 19 por ciento, son parte de esta transferencia de pacientes que vivían en otras entidades y que, por derechohabiencia, por capacidad de atención o porque el paciente optó por ello dentro de un servicio médico privado, fueron remitidos a un nosocomio de la capital de la República.

La autoridad capitalina no ha hecho distinción entre un paciente y otro y sus cuentas las conjunta a partir de la presencia del paciente en el territorio capitalino, lo que propicia que brotes del COVID en otros puntos estén registrando sus efectos hospitalarios aquí.

El conjunto de hospitales ubicados en la capital de la República, más allá de su adscripción a un sistema federal o local, ha estado sujeto a la carga impresionante de 60 mil pacientes extras, originados exclusivamente por la aparición del COVID-19 y su llegada a México.

Todos estos paciente, en un momento dado, fueron o son sospechosos de haber contraído el virus. Y si bien muchos de ellos resultaron negativos al COVID en los análisis clínicos, aun así ocuparon espacios y personal médico de dichos hospitales.

De los 60 mil pacientes llegados a los servicios de salud capitalinos, temerosos de estar contagiados, los chilangos propiamente dichos (que viven en la CDMX) eran 46 mil 573, según los datos oficiales con corte al 22 de mayo. Mexiquenses fueron 10 mil 480. Y después se suman 157 de Hidalgo, 107 de Morelos y 69 de Puebla.

De hecho, para esos tres estados recién enunciados, se registró la atención en la capital del país de personal con derecho a atención en IMSS, ISSSTE, hospitales de Pemex y otros bajo control federal directo, así como hospitales privados. Personas del resto de los estados también han asistido, aunque en menor número, a la capital.

Los organismos que obviamente atienden o internan a sus pacientes en función de diferentes factores y no sólo en función del domicilio, son el IMSS y el ISSSTE. Pero llama la atención que por encima de estos organismos, en primer lugar, los hospitales bajo control directo de la Secretaría de Salud federal han propiciado la atención en la capital de 6 mil 457 personas provenientes de otros estados.

Nuevamente los mexiquenses son el factor decisivo, pero 29 entidades más han utilizado ese canal para la atención de al menos un paciente.

La Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina-Armada de México realizan ese tipo de movimientos entre sus elementos que caen enfermos. Los militares participan activamente en diversas tareas durante la crisis sanitaria, incluyendo el resguardo de hospitales, pero para ellos es común que la atención médica, cuando es especializada, se reciba en una entidad lejana a su domicilio.

Los sistemas privados de atención médica también reportaron foráneos en sus consultorios capitalinos, incluyendo 16 casos en los que el paciente falleció. El total de foráneos atendidos en hospitales privados capitalinos fue de 787.

Para calcular el nivel de reconversión hospitalario que ha debido enfrentar el país en general y la capital del país en particular, baste mencionar que existen unidades monitoras de enfermedad respiratoria viral en todo el territorio nacional.

Estas unidades, con participación constante en la evaluación de riesgos virológicos, atendieron algo más de la tercera parte de los casos sospechosos de COVID-19. La gran mayoría debió ser atendida y canalizada en hospitales fuera de ese sistema de monitoreo.