Opinión

Para Oreja

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Bien dicen que entre abogados te veas, y no por hablar mal de quienes cuidan de nuestros derechos y ven que se cumplan las obligaciones, sino porque en estas guerras alguien pierde más que otro, me refiero al caso de Marjorie de Souza con Julián Gil donde por desgracia el pequeño Mateo es quien, podría, recibir todo lo malo de esta lucha.

Hagamos un recuento de lo bueno: ellos ya habían tenido un romance, luego se reencuentran y vuelve la pasión, ahí es cuando todo es felicidad, Marjorie y Julián una hermosa pareja, se veían muy felices, nació Mateo y subían fotos muy tiernas, pero eso duro poco, pues Marjorie anunció que se separaba de Julián y que pondría la demanda de pensión alimenticia.

De ahí todo fue un enorme circo. Muy lamentable, pues se dijo que era porque Julián no había estado en el parto y el actor tuvo que subir el video donde sí estuvo con Marjorie durante el nacimiento de Mateo. Luego se coló la demanda de pensión, donde la actriz pedía cantidades estratosféricas, pruebas toxicológicas y psicológicas, en fin, esto no dejó nada bien a Marjorie ante la opinión pública.

Pero ahora el lío aumenta y vuelve a poner en el ojo del huracán a otra familia, la de Gabriel Soto. ¿Recuerdan aquel escándalo donde Gabriel carga a Marjorie en la playa? Fue durante una gira de teatro y todo el elenco y producción estaban en la playa descansando y jugando, pero con las fotos ardió Troya. Eso ya había pasado, pero se cuela nuevamente.

La razón es que salió un chisme muy lamentable, donde “alguien” aseguraba que Mateo era hijo de Gabriel Soto. Y Marjorie, harta de que su reputación sea tan manoseada, decide pedir una prueba de paternidad, para acallar todas las malas lenguas y salió contraproducente, pues la solicitó en el lugar equivocado.

Desde que salió ese chisme, Julián siempre dijo estar seguro de su paternidad, sin embargo, él es quien tiene que solicitar la prueba y ya lo hizo, ¿pero por qué duda ser el padre? Según él no duda, pero debe ayudar a Marjorie y a su hijo, así que tuvo que meter el trámite que tiene un nombre nada agradable: “nulidad de paternidad”. Y ya lo hizo.

Ahora en el trámite legal para solicitar la prueba de ADN tiene que haber una razón que lo justifique y ¡zaz! Nuevamente se coló el documento donde solicita la prueba porque las fechas de concepción no coinciden y el embarazo.

De verdad que pena, que horror, porque Marjorie no lo merece, ni tampoco Julián, menos Gabriel Soto. Un chisme que pudo haber sido olvidado.