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PISA: cuotas anuales, pagos por aplicación, contratos de confidencialidad…

En charla con este diario, quien representó a México en este proyecto de evaluación educativa: Eduardo Backhoff, habla sobre su implementación y los retos tecnológicos

PISA: cuotas anuales, pagos por aplicación, contratos de confidencialidad…

PISA: cuotas anuales, pagos por aplicación, contratos de confidencialidad…

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

(Segunda parte)

La aplicación de la prueba PISA (Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos) a los países miembros de la OCDE y otros, “es como una membresía”, dice en entrevista con Crónica Eduardo Backhoff Escudero, experto en el tema: de 2013 a 2018 fue el representante de nuestro país ante el programa.

“Los países entran voluntariamente al proyecto de evaluación, pero deben pagar una cuota anual, más la aplicación de cada tres años, más algunas pruebas o cuestionarios adicionales que ellos ofrecen. También firman un contrato, en el cual dan todas las facilidades a la Organización para aplicar la prueba y se comprometen a mantener la confidencialidad: no pueden sacar ningún resultado hasta que salga el informe completo de la OCDE”.

-¿Y de cuánto es la cuota?

-Entiendo que son como 40 mil dólares al año. Es como una membrecía. Y adicionalmente se debe pagar la aplicación, como 25 mil dólares. Las cifras deben checarse, actualizarse. No es que sea una suma gigante o que se haga negocio. En todo caso, lo más caro para los países es la implementación para llegar a una muestra importante.

-¿De cuántos cuestionarios es la muestra?

-En el caso de México ha sido de 10 mil estudiantes. En 2018 PISA declaró que sólo haría evaluaciones por computadora, México respondió que no podía hacerlo en todos los estados y escuelas seleccionadas, y todo se quedó en una muestra nacional, contratando laptops con empresas, sí salió más caro que antes, cuando se hacían con lápiz y papel, un método que se podía llevar a cualquier rincón o comunidad indígena. Tal vez para los países del primer mundo no implicó gastos mayores, pero para otros sí: Brasil, por ejemplo, no pudo realizarla.

-¿Desapareció entonces el lápiz y papel?

-OCDE dijo que se podía seguir haciendo así, pero sería difícil hacer comparaciones con años anteriores, que habría desfase en los datos. Conforme a la experiencia mexicana, los muchachos no tuvieron problema, pero los profesores sí. El reto fue llevar las computadoras a comunidades lejanas, lo cual implicó muchos gastos, y al final debimos apostar por una muestra nacional, sin entrar a detalle en los estados.

-¿Hay ventajas por hacerla en computadora?

-Te ofrece más recursos informativos, es más ágil, calificas de manera inmediata.

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AÚN, A TIEMPO. El responsable del contenido de cuestionarios, cuenta Backhoff Escudero -quien presidió la junta de gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) hasta su desaparición a mediados de 2019- es la OCDE y, de manera específica, un coordinador de origen alemán de nombre Andreas Schleicher.

“Él es quien hace una licitación a nivel mundial para determinar qué empresa o grupo se encarga de contratar especialistas ajenos a la OCDE. Se conforman comités o grupos interdisciplinarios de todo el mundo y entre ellos se ponen de acuerdo, aunque dominan los comités de países del primer mundo; los del tercer mundo están subrepresentados”.

-¿Cuándo empiezan los preparativos para la prueba?

-La preparación en OCDE comienza desde que termina la anterior; en los países, usualmente se pilotea, se escoge a un grupo pequeño de estudiantes de diversos lugares para aplicarles la prueba contemplada, con la idea de detectar algún problema o dificultad para los alumnos. Todas esas observaciones se mandan a la OCDE, que se encarga de aplicar la prueba al siguiente año.

-¿En qué momento estamos ahora?

-México debería estar haciendo ya los estudios piloto, pero no los ha comenzado. Sí se puede participar sin los estudios preparativos, pero se tendrá que aceptar el acuerdo de los que sí hicieron ese trabajo. En el 2020 se haría la prueba piloto y en el 2021 se aplicaría la evaluación, pero la pandemia paró al mundo entero y se recorrió un año: en el 21 son los preparativos y en el 22 la aplicación.

-¿En qué meses se hacen las pruebas piloto?

-Entre marzo y abril, pero igualmente se pueden hacer en mayo o junio, no pasa nada. E igual México puede participar sin hacer el piloto, aunque pierde la oportunidad de expresar observaciones o sugerencias.

-Antes, el trabajo lo realizaba el INEE, ¿y ahora?

-Entiendo que después de la desaparición del Instituto, quedaría en el terreno de la SEP. Para sustituir al INEE se creó una institución que se llama MEJOREDU (Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación). Ya platiqué con personal de ahí y no tienen ni idea de si se harán o no los trabajos piloto; tampoco saben si hay o no presupuesto.

La OCDE, refiere el investigador, no tiene entre sus responsabilidades hacer evaluaciones educativas: “La gran crítica que se le hace es que se convirtió en una agencia que dicta las políticas educativas de los países con base en una sola prueba, la cual no brinda la suficiente información para determinar o conducir esas políticas”.

“En la práctica, la OCDE se ha vuelto la voz más importante en el mundo sobre el tema, más que la UNESCO, que sí tendría esa responsabilidad”.

-Más allá de una prueba internacional de cada tres años, ¿qué se debe hacer en el país para mejorar la educación? -se le pregunta.

-Apostar por lo más simple: uno, asegurarse de que todos los niños y jóvenes estén en las escuelas, que haya oferta suficiente; dos, garantizar que permanezcan ahí dentro, que no haya deserción, y tres: que aprendan. Y para eso necesitas buenos profesores, actualizados, conocedores, además de infraestructura, equipamiento y un sistema confiable de monitoreo para evaluar el cumplimiento de las metas…