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"Vamos solos en el rescate de pequeños negocios, esa es la verdad"

Desde Sonora, se habla de la necesidad de combinar recursos estatales y federales. El secretario de economía de aquella entidad relata lo que ha podido hacer hasta ahora, sin apoyo del Gobierno de la República

"Vamos solos en el rescate de pequeños negocios, esa es la verdad"

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Lo que le hemos propuesto a la Federación es un esquema de peso a peso, en el que converja financiamientos de ambos órdenes de gobierno para salvar a micros y pequeñas empresas del atorón económico, señala el secretario de Economía del estado de Sonora, Jorge Vidal Ahumada. De momento, no ha recibido señales de que el Gobierno de la República quiera conjugar fondos, aunque siguen las pláticas con Graciela Márquez, la secretaria en el gabinete federal a cargo de estos temas.

Para Sonora, como para muchos estados, este tema es vital. Tiene 116 mil unidades económicas (negocios y empresas) y de allí más de 115 mil están en las micro, pequeñas y medianas; sólo 480 son las empresas tractor, las de gran calado. “Las Mipymes son el 75 por ciento de nuestros empleos y 50 por ciento del PIB estatal”, refiere Vidal en plática telefónica con Crónica y si bien la planta productiva de la entidad está diversificada, el frenón económico del COVID-19 fue parejo para todas las ramas.

—¿Qué tan profundo será el problema?

—Revisamos el impacto que podría tener esta pandemia y se considera que puede quedar en el camino 48 por ciento de las Mipymes; en el país se calcula que sería 58 por ciento. Ya de por sí la mortandad de estas empresas es alta en tiempos normales, por falta de coacheo y de financiamiento. Los sectores estratégicos del estado son el aeroespacial, el sector primario, turismo, automotriz, generación de energía, el minero y de allí están colgadas todas estas pequeñas empresas.

—¿Cómo están dotando de recursos presupuestales a las acciones con las que quieren salvar a estos empresas y negocios?

—La gobernadora Claudia Pavlovich nos ordenó buscar hasta debajo de las piedras para los apoyos financieros y la verdad es que vamos solos, hemos estado en contacto con la secretaría de Economía federal para tratar de armar un programa de peso a peso, y hasta ahorita no he tenido respuesta.

—Entonces sólo con recursos estatales, ¿qué se ha podido hacer?

—Hemos buscado crear apoyos directos y reunimos una bolsa de aproximadamente 130 millones de pesos, pero en un universo de 115 mil Mipymes estoy consciente de que no vamos a poder cubrir a todos; si hubiera un programa peso a peso con la Federación duplicaríamos… pero, bueno, ahora vamos con esta bolsa y es la primera de crédito emergente. Para autoempleo, con hasta 10 mil pesos como crédito; para empresas de 1 a 10 empleados, 25 mil pesos de crédito; las de 11 a 50 empleos con 50 mil pesos. Son créditos a 36 meses, con tasa cero de interés con 6 meses de gracia para el pago. Los requisitos son muy fáciles, son por internet y tenemos un mar de solicitudes.

—Son requisitos muy laxos, como han recomendado expertos para poder inyectar recursos a estos pequeños y medianos negocios y que no cierren…

—Muy lazos. Ahora lo que queremos hacer es un fast track en el comité de crédito para analizar y sacarlos a la brevedad.

—¿Las empresas más grandes?

—Allí pusimos un capital semilla y en esto sí con Nacional Financiera. Lo estamos multiplicando junto con la banca comercial. Es un financiamianto de impulso para el desarrollo con unos 145 millones de pesos y es más rígido en los requisitos, pero la idea es llegarle a la empresa con hasta un millón con tasa fija de 15 por ciento. Es la tasa más baja que pudimos conseguir, pero no hay dinero más caro que el que no se tiene. La comisión la redujimos y el plazo va de 3 a 5 años. Lo más interesante es que puede ir a gasto corriente para pago de sueldos, la renta, etcétera, y la garantía la está dando el estado ante la banca. Hasta ahorita son 6 o 7 bancos los que ya están inscritos.

—¿Qué pasa con los trabajadores informales?

—Aquí en el estado, según los datos que tengo, son unas 80 mil personas en la informalidad, a las que les debe estar pegando muy duro todo esto y estamos buscando sacar otro instrumento para ellos. Lo ideal, insisto, sería que la Secretaría de Economía aceptara algún diseño para trabajar en conjunto.

—Sonora es de nuestros baluartes en la economía nacional, ¿aún así golpeo fuerte el COVID-19?

—La ventaja de Sonora es la diversificación de su planta productiva, pero en esta situación todo se impacta. Pensemos en la cadena de valor de un auto Ford, como bien terminado que se exporta, ante la depresión del mercado en EU, va a tardar más la venta y aquí nos pegará en el requerimiento de la mano de obra. O pensemos en la cadena de suministro del avión Boing Dreamliner, nosotros producimos las 8 puertas del avión; en Seattle se estaban armado unos 13 aviones, pero como va a estar deprimida la aviación esto se va a reducir sin lugar a dudas.

Y allí está nuestra minería. Gran parte de la producción minera de cobre va a China, que apenas está empezando a producir. Las minas se consideraron no esenciales en la emergencia sanitaria, pero para nosotros es 17 por ciento del PIB, adempas de 20 mil empleos directos y 100 mil indirectos. Hay un problema serio. Está la mina grande de Cananea o Nacozari, pero están también las pequeñas en la sierra, donde el efecto es doble ya que los poblados dependen 100 por ciento de la mina. Estarían condenadas a que mañana tengan problemas de hambre o de seguridad.

—¿Qué más podrá hacer el estado?

—Estamos preparando el Plan Marshall Sonorense, ya nos instruyó la gobernadora a ello. Estamos trabajando en ello, diseñándolo, pero mucho dependerá de qué tan profundo vamos a quedar, qué tan abajo será.