Opinión

Playoffs, territorio al filo de la ley

Playoffs, territorio al filo de la ley

Playoffs, territorio al filo de la ley

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Seguramente te enteraste que de Filadelfia perdió ante Seattle y de que la principal razón de esa derrota fue el abandono del mariscal Carson Wenyz, de las Águilas, tras salir conmocionado por un fuerte golpe propinado por el muy agresivo ala defensivo Jadeveon Clowney de los Halcones Marinos.

Para la gran mayoría fue una circunstancia normal de un juego tan físico como el futbol americano, pero para quien está dentro de ello, sabe cuando un golpe es rudo y cuando es sucio.

Jason Peters, tacle izquierdo compañero de Wentz y responsable de bloquear a Clowney encaró airadamente al jugador de Seattle para reclamarle que eso había sido un golpe sucio, a destiempo, algo que claramente se aprecia en las repeticiones; sin embargo el defensivo se concretó a asegurar que él juega así, muy rápido e intenso y que no fue intencional. La consecuencia es que dejó fuera de combate al mariscal de campo contrario y en una ventajosa posición a su equipo que a la postre ganó.

La jugada es historia y no es nuestra intención debatir el hubiera, sino el hecho de que no es la primera vez que en una situación de gran relevancia como lo son los playoff, suceda algo así.

Y no se trata de una justificación, pero no imagino la presión que tienen estos tipos por ganar y que en ocasiones pueden jugar al filo de la ley pero claramente con un objetivo: neutralizar al mejor hombre del equipo rival. Sin ir más lejos, no olvidemos el caso más sonado, ese del 2009 cuando Gregg Williams, coordinador defensivo de Nueva Orlean,s orquestó un sistema de recompensas para quien lastimara a jugadores clave contrarios.

Si existe una duda, hemos seleccionado cuatro casos que quizá muchos han olvidado y que seguramente hoy día serían duramente sancionados por la Liga.

NOCAUT A BRADSHAW

En la parte final del Super Bowl X (enero de 1976) entre Pittsburgh y Dallas, Terry Bradshaw, mariscal de los Acereros, se plantó para enviar una pase de 64 yardas a Lynn Swann, que a la postre fue el de la victoria, no obstante Bradshaw no pudo siquiera ver si el envío llegó a su destino, pues un segundo después de que el balón salió de su mano, fue golpeado casco a casco por Larry Cole, defensivo de los Vaqueros. El golpe fue tan brutal (y puede verse aún en varios videos) que prácticamente inconsciente el pasador fue llevado a la banca y no pudo regresar al juego. El objetivo se cumplió: sacaron a Bradsahw del juego y sólo la defensiva protegió la ventaja y así fue como ganaron. La acción de Cole no fue castigada y continuó en el encuentro.

GOLPE ASESINO SOBRE MONTANA

El juego por el título de la NFC de 1991 fue una batalla épica entre 49ers y Gigantes, en otras palabras la letal ofensiva de Bill Walsh contra la feroz defensiva de Bill Parcells. Con el encuentro tan apretado la diferencia era dejar fuera de combate al mejor jugador de la máquina de San Francisco, al quarterback Joe Montana.

Al alargar una jugada de pase, Montana ganaba tiempo mientras ya localizaba a Jerry Rice campo arriba para lanzarle el balón. Justo en el momento en que hacía el movimiento fue embestido, si embestido por un Leonard Marshall fuera de sí que supo que era en ese momento o nunca para dejar fuera a Joe. El ala defensivo lo prendió por la espalda con el casco de frente, lo elevó del golpe y lo sembró boca abajo en el pasto.

Montana se retorcía de dolor mientras sus compañeros miraban asustados la escena. Años después Montana contó que pensó que realmente se moría, pues no podía respirar. Los daños: Lesiones en esternón, estómago y fractura de costillas y mano. Los oficiales no marcaron nada contra Marshall. Nueva York ganó el juego y semanas después el título en el Super Bowl XXV.

PALMER NUNCA FUE EL MISMO

Durante el juego de la ronda de Comodines en enero de 2006, Pittsburgh visitó al favorito Cincinnati, que del brazo del sensacional Carson Palmer apuntaba a una temporada de Super Bowl. Palmer era una realidad en la posición de pasador y la bujía de los Bengalíes.

Muy temprano en el juego, un tal Kimo von Oelhoffen, ala defensivo de los Acereros, se lanzó intencionadamente sobre la rodilla de Palmer para detenerlo, pero en la jugada se notó como se aferró a la pierna como buscando producir más dolor. La jugada fue tan polémica que muchos elementos de Cincinnati se fueron sobre el defensivo de Pittsburgh mientras Palmer se deshacía del dolor. Carson tuvo una grave rotura de ligamentos y nunca fue el mismo al grado de que temporadas después fue cambiado de equipo.

Aquella tarde Pittsburgh ganó el juego, no hubo castigo y semanas más tarde se coronó en el Super Bowl XL.

KAMARA, LA CLAVE DE LOS SANTOS

Quien diría que años después del programa de recompensas por lesionar a jugadores contrarios instaurado por los Santos, serían presa de su propia iniciativa. Durante la temporada de 2016, el corredor Alvin Kamara había sido la sensación de la Liga con Nueva Orleans, fue nombrado el Novato del Año y su nivel mostrado era comparado con el de un videojuego por la rapidez con que se movía, pero durante el juego de playoff contra Atlanta en enero de 2017 eso se terminó.

Deion Jones, linebacker de los Halcones y uno de los mejores de la Liga, conmocionó a Kamara con un golpe artero casco a casco que lo dejó fuera del juego. La infracción se marcó, pero Nueva Orleans, que basaba su juego en Kamara, no pudo reajustar su plan y cayó ante Atlanta. Desde entonces el corredor no ha vuelto a ser el mismo jugador electrizante. Atlanta se fue hasta el Super Bowl.

Hablar de coincidencia o meras jugadas circunstanciales no tiene cabida cuando vemos las consecuencias buscadas y logradas. Lo que atestiguamos con el golpe de Clowney sobre Wentz es otra de esas acciones que refuerzan esa idea de que algunos equipos y jugadores se mueven al filo de la ley, de la regla, para disminuir al rival. Después de todo, y malamente dicho, en la guerra todo se vale, aunque en el deporte ¿qué valía puede tener ganarle a un equipo sin su mejor hombre? Poco o nada.