Wuhan, la metrópolis de once millones de habitantes cuyo nombre siempre estará asociado a la pandemia ­COVID-19, empieza a dar señalas de vida, a medida que las autoridades han ido relajando el confinamiento, al que fue sometido desde enero. Luego de ocho semanas de calles, autopistas y puentes desiertos, ayer empezaron a circular tímidamente algunos ­vehículos.

La buena noticia para los habitantes de la zona cero de la pandemia se vio reforzada por el anuncio de la Comisión Nacional de Sanidad de China de que el número de contagiados del coronavirus “activos” en el país asiático es de 2 mil 396, primera vez desde enero que baja de los 2 mil 500.

Todo esto a pesar de que, hasta la pasada medianoche local se diagnosticaron 31 nuevos casos, 30 de ellos procedentes del extranjero: los llamados casos “importados”. El único caso de contagio local del que las autoridades sanitarias informaron hoy se produjo en la provincia septentrional de Gansú.

En cuanto a los nuevos decesos, el organismo oficial contabilizó 4, todos ellos en la cuna de la pandemia, la ciudad china de Wuhan, donde también se encuentran 597 de los 633 pacientes que, según las cifras del Gobierno, se encuentran en estado grave.