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Producen cocos resistentes a la enfermedad amarillamiento letal

El doctor Luis Alfonso Sáenz Carbonell y su equipo crearon un protocolo que les permite clonar y propagar especímenes resistentes al amarillamiento letal y ya se producen en la biofábrica del CICY.

Lenta pero implacable, la enfermedad llamada amarillamiento letal del cocotero ha destruido 75 mil hectáreas de plantaciones mexicanas de coco desde su llegada al país, en 1977, procedente de Estados Unidos y Jamaica. Esto representó perder la mitad de los cocoteros que se tenían a nivel nacional e impactó negativamente a 50 mil familias.
A partir de este problema, el doctor Luis Alfonso Sáenz Carbonell, del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY-Conacyt), ha dedicado 20 años al estudio de la enfermedad que le han permitido clonar y propagar especímenes resistentes que ya se producen en la biofábrica del CICY, en el Parque Cientifíco y Tecnológico de Yucatán. 
El científico mexicano, junto con otros investigadores y técnicos de la Unidad de Biotecnología del CICY, desarrollaron un protocolo de clonación que permite producir miles de plantas a partir de un solo ejemplar que tiene las características agronómicas más deseables. En entrevista con Crónica, Sáenz Carbonell informó que en 2015 se puso en marcha el proceso de propagación masiva en la biofábrica y se calcula que las plantas comenzarán a transferirse a los productores en 2017.
PLAGA VEGETAL. Lo que destruye al cocotero es una bacteria que es transmitida por un insecto que se conoce popularmente como 'chicharrita' (Myndus crudus).
“Cuando el insecto succiona la savia de la planta transmite el fitoplasma, que es una bacteria muy pequeña que empieza a reproducirse dentro del cocotero. Va matando lentamente a la palma: primero se caen los frutos, luego las flores se necrosan o mueren y las hojas más jóvenes se empiezan a amarillar hasta que se cae toda la fronda y queda el poste nada más", indica el doctor Sáenz.
La enfermedad del amarillamiento letal entró al país por Quintana Roo a fines de los años 70 y tardó una década en llegar a Yucatán, el estado vecino. Desafortunadamente, al avanzar, la plaga acabó con millones de plantas hasta Tamaulipas. Actualmente ya existen plantaciones infectadas en la costa del Pacífico.
“En el Golfo de México y la Península de Yucatán sí ha barrido con poblaciones enteras de cocotero, principalmente de un ecotipo que es el Alto del Atlántico, el cual es el más susceptible a los daños de la enfermedad", explicó Luis Sáenz, químico especializado en biotecnología agrícola.
PLANTAS RESISTENTES. A lo largo de 20 años, investigadores han identificado diferentes ecotipos de palmas que son resistentes a la enfermedad del amarillamiento letal. Dos de ellas son resistentes, pero también son altamente productivas.
“Hay una variedad que se llama Enano verde de Brasil que es muy buena para agua de coco, aunque no es tan productiva a nivel de copra o producción de aceite, como es otro ecotipo conocido como Alto del Pacífico. Esas son las que se van a propagar o multiplicar, para agua o para aceite, dependiendo. Se trabajará con plantas muy seleccionadas, lo que les da mucho más resistencia y valor", explica el investigador del CICY, que es uno de los 27 centros públicos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
CLONACIÓN VEGETAL. En el proyecto para volver a repoblar las plantaciones mexicanas de coco hay un componente importante de laboratorio, pues miles de plantas pueden ser producidas a partir de una planta saludable a la que se le toma un fragmento de tejido vivo conocido como explante.
“Tomamos esa parte del tejido que llamamos explante, que normalmente es un tejido que crece rápido y cuando lo ponemos en un medio nutritivo, con ciertas hormonas vegetales, forma una estructura que llamamos cayo. Ese cayo es todavía una estructura desorganizada pero eventualmente forma unas estructuras llamadas embriones somáticos que dan origen a las plantas. Eso es el proceso normal que se puede hacer en laboratorio o, ahora, en la biofábrica", indica Sáenz.
“Afortunadamente todos los pasos de la clonación ya se pueden hacer en la biofábrica, desde la obtención del explante, la formación del callo, la obtención de embriones somáticos y la germinación de esos embriones. Nosotros hacíamos ese proceso en laboratorio a pequeña escala, pero ahora se puede hacer en gran número: mientras en el laboratorio trabajábamos con cien matraces, en la biofábrica se pretende que sean miles de plantas", agregó.
La biofábrica comenzó a operar a fines de 2015, cuando fue formalmente inaugurada en el  Parque Científico y Tecnológico de Yucatán, a las afueras de Mérida. En el caso del cocotero se encuentran actualmente en el proceso de nutrir los implantes y estimular la formación del callo. Esa parte del proceso, incluyendo la adaptación de procesos que sólo se hacían en laboratorio, tomará alrededor de seis meses. 
Una vez que se formen los embriones somáticos de cocotero tomarán otros meses antes de que se cuente con plántulas y éstas puedan entregarse a los agricultores para ser trasplantadas, por lo que la repoblación de cocoteros podría ponerse en marcha, en campo, en el año 2017.
“En este momento ya están las estructuras que van a dar origen a plantas. Éste es un trabajo del CICY porque en él hemos intervenido muchas personas de la Unidad de Biotecnología y de varias especialidades: agrónomos, biólogos, químicos y biotecnólogos. No es un proceso que pudiera hacer una sola persona, durante 20 años investigadores y estudiantes fuimos desarrollando el protocolo para que ahorita tengamos la posibilidad de llevarlo a escala mayor, a propagación masiva", concluyó.

Palmeras en hilera
Palmeras en hilera Palmeras en hilera (La Crónica de Hoy)

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