¿Quién vigila al presidente?
+Hoy comienza un cambio
de régimen político
AMLO
Nadie, en el universo del candidato presidencial, pareció captar el tamaño de la bronca que la decisión de cancelar esa construcción provocaría dentro y fuera del país; y si alguien detectó el problema, o no lo comentó con el actor central o éste lo mandó por un tubo… Y si esto último fue lo que en realidad ocurrió y creció, hasta culminar en el personaje central que muy pronto se convirtió en candidato triunfador, luego presidente electo y hoy jefe del Poder Ejecutivo Federal, nadie parece haber reparado en la inmensa pérdida económica que la cancelación de esa obra significaría para las finanzas nacionales, ni la gran sorpresa que el mundo financiero, aeronáutico y turístico se llevaría respecto a que la exitosa realización de los trabajos del aeropuerto, tanto de carga como de pasajeros, fueron suspendidos. Un asunto penal sin seguimiento procesal claro, a pesar de haber sido la gota que provocó la cancelación del proyecto no tubo denuncia alguna de fallas técnicas que hubiesen determinado el freno total del costoso proyecto sin posibilidad de recuperar la totalidad de la inversión. A este caso se agregaron otros proyectos vinculados a la terminal aérea y al desarrollo turístico de cuyo futuro poco se sabe. Y en cuanto a Santa Lucía, el aeropuerto militar que sustituiría a Texcoco, aún no se realiza el proyecto arquitectónico ni desaparecen los temores relacionados con la operación del aeropuerto actual.
Complicada, pues, la situación, por el retraso que afecta en general a toda la concepción sobre el desarrollo urbanístico, industrial, turístico y plurieconómico de la región sudoriental de la Ciudad de México, que es también la capital nacional…
El problema para AMLO es que pocos lo defienden o le creen. Mire usted el mensaje que en twitter, a través de su persona, le mandó al presidente don Francisco Pedraza:“Felicidades, señor ministro, no permita que la simulación de jodidez llegue a la SCJN. Si el presidente pide poco, es porque no merece más por lo que está haciendo; es más, es demasiado lo que cobra por los errores que comete a diario…”
Es feo que le digan a uno algo como lo anterior; y peor es que se lo manden vía un mensaje a alguien, como usted, cercano al poco afortunado blanco de mensajes duros.
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