Desde la trinchera de Iztacalco nos cuentan que la gente de Morena está muy molesta con el alcalde Armando Quintero. ¿La razón? Los desconoció. Resulta que el exsecretario de Transporte y Vialidad los excluyó de su equipo de trabajo y del organigrama de la alcaldía. Y lo que más les caló fue que el señor Quintero se jacta de que ganó el territorio sin la ayuda de los liderazgos morenistas y por esa razón se ha quedado con parte de la estructura laboral de los perredistas Carlos Estrada y la pareja de éste, Elizabeth Mateos. Los quejosos exigen la salida de todos los amarillos que está cobijando el alcalde para en su lugar acomodar a todos los que hicieron campaña a favor de Quintero y que lo impulsaron para ganar el territorio. Tan molestos están que al alcalde ya le pusieron el mote de rottweiler, puesto que perdió el olfato y desconoció a sus amigos.
Ya lo habíamos dicho en este espacio. Para encontrar algo chueco no había necesidad de que Claudia Sheinbaum le rascara a la información que le entregó la gente que dejó Miguel Ángel Mancera para cerrar su administración. Y miren lo que pasó. El gobierno morenista encontró 32 mil contrataciones “sin fundamento”, es decir, “aviadores”, en las nóminas de Mancera; de ellos ya despidieron a los primeros 58. En los pasillos del Antiguo Palacio de Ayuntamiento se dice que es una cifra menor, que tienen que ser más, puesto que existen personas en la nómina que nunca conocieron. Sean peras o sean manzanas, el mensaje está dado. La señora Sheinbaum no se anda con medias tintas y va a comenzar la limpia como se barren las escaleras, de arriba hacia abajo.
Resulta que por la instalación de vendedores ambulantes en la Alameda Central fue cancelada la Feria del Libro organizada por la Brigada Leer en Libertad A.C., iniciativa de la pareja formada por el escritor Paco Ignacio Taibo II y la promotora cultural Paloma Saiz, que realizaban desde hace nueve años. Otra vez la hija de Alejandra Barrios, Diana Sánchez, acostumbrada a invadir calles y predios, es protagonista de la nueva trama del comercio informal. Y es que un amparo interpuesto por su organización Pro Diana impidió el levantamiento de los vendedores colocados entre la Alameda Central y el Palacio de Bellas Artes. La administración pasada se negó a renovar el permiso que tenían los ambulantes hasta el 6 de enero, teniendo que retirarse el pasado 30 de noviembre. Es decir que por sus pantalones se instalaron. Así las cosas.
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