Opinión

¿Racismo en México?

¿Racismo en México?

¿Racismo en México?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Interesante la polémica que ha despertado el estudio que publicó, el pasado fin de semana, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre “movilidad social intergeneracional”; en el documento, el organismo asegura que las personas con piel más clara ocupan mejores puestos, laboralmente hablando.

Analizando el debate, es sorprendente que aun existan grupos o supuestos analistas que nieguen este fenómeno, al que por cierto, México dice repudiar pero al interior del país y aun con los avances existentes en la materia, se sigue practicando como en tiempos de la Colonia.

Y es justamente uno de los avances que marca el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en donde se establece la igualdad de condiciones para todos los mexicanos, sin distinción de género, edad, sexo o raza, pero como muchos artículos, sólo suelen ser cartas de buenas intenciones porque en el terreno de los hechos, las cosas no han cambiado mucho, bastaría ver en pleno siglo XXI los siguientes datos de dicho estudio del Inegi.

De acuerdo a las estadísticas del instituto, más de la mitad de las personas de entre 25 a 64 años de edad “que se autoclasificaron en las tonalidades de piel más clara, sólo 10 por ciento no cuenta con algún nivel de escolaridad, mientras que la cifra se eleva a 20.2 por ciento para las personas que se autoclasificaron en las tonalidades de piel más oscuras”.

Asimismo, el Inegi informa que “cuando un proveedor económico tuvo una ocupación de alta calificación, se refiere a funcionarios, directores, jefes, profesionistas y técnicos; mientras que los proveedores que cuentan con una baja calificación son personal de menor rango o de apoyo y según dicho ejercicio, nos dice que “mientras más oscuro es el color de piel, los porcentajes de personas ocupadas en actividades de mayor calificación se reducen. Cuando los tonos de piel se vuelven más claros, los porcentajes de ocupados en actividades de media y alta calificación se incrementan” por lo que en pocas palabras, este estudio hace oficial la existencia del racismo en nuestro país.

A pesar de ello, y volviendo al análisis del debate, es seguro que esta situación vaya a continuar por varias generaciones más por una sola razón: la negación de la realidad por parte de nuestras autoridades y de ahí la polémica, afirmación que hago basado en los mecanismos de defensa de Sigmund Freud que dice que al desconocer o negarse a aceptar la existencia de la realidad, “la persona actúa como si no tuviera un problema o una vivencia dolorosa no hubiera ocurrido nunca y a ese comportamiento, se considera como uno de los mecanismos de defensa más primitivo y algunas personas utilizan esta estrategia en su vida cotidiana, cada vez que no quieren hacer frente a un sentimiento que les provoque demasiado dolor”, lo que resulta verdaderamente sorprendente.

Es por ello, que mientras la sociedad mexicana siga negando la existencia de un racismo al interior del país, este flagelo seguirá siendo parte de la vida cotidiana en cada uno de los rincones de México, porque nunca se podría enfrentar a algo que no existe, o peor aún y dicho de otra forma, nunca se podría acabar con algo que no queremos aceptar que existe.

Los recientes datos que arroja el Inegi, también nos están mostrando que negar el racismo no está ayudando a afrontar uno de los principales problemas que afectan al sector poblacional más arraigado en nuestra cultura que es el indigenismo y lo malo es que son pocas las organizaciones enfocadas a este problema que reciben apoyo de las autoridades estatales o federales, lo que abona a la permanencia de prácticas discriminatorias en ámbitos escolares, deportivos y sociales, no sólo laborales, situación que reitero, hasta el momento las autoridades no han querido enfrentar sino todo lo contrario, en lugar de elaborar un plan contra ello, niegan su existencia.

Y de Pilón:

Lamentable que bajo el argumento de austeridad se hayan recortado recursos económicos tan vitales a sectores como el educativo, de salud, de investigación y cultural, pero al mismo tiempo, se haya aumentado el gasto a la compra de equipos de espionaje usado no sólo para rastrear actividades del crimen organizado, sino para ser usado en contra de defensores de derecho humanos, periodistas y hasta de los hijos de quienes son catalogados como adversarios, sin importar que sean  menores de edad; en fin, esto sólo pasa en un México en donde aunque se denuncie, no pasa nada...

Twitter: @julioc_moreno