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Recesión económica en México no es producto del COVID-19: UAM

En el país, dijo, “llevamos cuatro trimestres con reducción del Producto Interno Bruto (PIB) y los datos del primero de 2020 confirman la profundización de este proceso”, con la manufacturera como la industria más afectada desde el año pasado, en particular el transporte, que la sustenta.

Recesión económica en México no es producto del COVID-19: UAM

Recesión económica en México no es producto del COVID-19: UAM

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La recesión económica por la que atraviesa el mundo no ha sido causada por la emergencia sanitaria que detonó el COVID-19, pues las tendencias en ese sentido se sentían desde finales de 2019 y, en el caso de México, las finanzas ya se encontraban en recesión desde el año pasado, sostuvo el doctor Abelardo Mariña Flores, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Azcapotzalco.

En el país, dijo, “llevamos cuatro trimestres con reducción del Producto Interno Bruto (PIB) y los datos del primero de 2020 confirman la profundización de este proceso”, con la manufacturera como la industria más afectada desde el año pasado, en particular el transporte, que la sustenta.

Asimismo, abundó, en abril se registraron más de 650 mil empleos perdidos, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y con seguridad muy pronto van a rebasar el millón, la mayoría en el mismo ámbito, lo que “da una idea completa de las dimensiones en las que se sitúa la economía nacional” y, aun cuando “es muy difícil saber qué pasará”, la recuperación financiera dependerá de qué tan rápido se controle la transmisión de la enfermedad, aunque no está claro que en julio pueda haber reactivación plena.

En este mismo sentido, añadió que estas condicionantes también estarán sujetas a lo que suceda en el plano externo, “pues nuestra gestión está vinculada simbióticamente con la estadunidense y con las exportaciones manufactureras, básicamente de los rubros automotriz y electrónico, pero no está muy claro que la apertura paulatina en Estados Unidos vaya a jalar la economía mexicana”, sino más bien agudizaría aún más la recesión.

El profesor del Departamento de Economía de la UAM Azcapotzalco señaló que la política federal es adecuada en cuanto a evitar, en la medida de lo posible, el endeudamiento generalizado, “que no debiera ser el puntal de la recuperación”, porque las crisis cíclicas fueron enfrentadas siempre por esa vía, “que en los hechos benefició, sin excepción, a los grandes empresarios, mientras los costos los seguimos pagando el resto, como en el caso del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa)”.

Ante ello, consideró que el gobierno debiera impulsar un marco fiscal de apoyo selectivo a aquellos industriales dispuestos a reemprender sus operaciones para crear empleos y procurar que los propietarios de compañías vastas cumplan con el pago de sus impuestos, además de que un elemento toral sería el desarrollo del mercado interno, no sólo desde la perspectiva de la demanda sino también de la oferta, mediante planes específicos de generación de bienes básicos de los ramos agropecuario y manufacturero, con una organización productiva y comercial asociada, conocida como economía social y solidaria.

A su vez, Ernesto Bravo Benítez, académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que “asistimos a un encuadre de la política monetaria” en el que el Banco de México ha estado bajando sus tasas de interés –en mayo a 5.5 por ciento– y se prevé terminar el año en niveles de 4.5 por ciento, con lo que se suma a la iniciativa del gobierno federal que ha señalado que invertirá en el erario nacional un promedio de cuatro mil millones de dólares mensuales para afianzar las finanzas.

Las autoridades se han comprometido con un plan de financiamiento de 750 mil millones de pesos, con la finalidad de inyectar liquidez para ampliar los canales de crédito a las pequeñas y medianas empresas, aunque, externó, le hubiera gustado ver una mayor presencia en este rol de la banca de desarrollo, ya que el grueso de los recursos se concentra más en lo mercantil.

El investigador destacó que “estamos viendo un alineamiento de la política para hacer frente a los efectos, tanto en la parte sanitaria como monetaria” y, si bien la Organización de las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional situaron entre ocho y nueve por ciento la caída del PIB de México para 2020, las previsiones oficiales son de 3.5 por ciento.

ijsm