Opinión

Relatos de una ucraniana en México

Relatos de una ucraniana en México

Relatos de una ucraniana en México

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Recién llegada a Ciudad de México y luego de haber tenido mis primeros contactos e impresiones en la sociedad, un pensamiento se cruzó en mi mente, único y feroz como flecha salvaje: ”Esto me es muy familiar”. Pero… familiar ¿de dónde ?”

Si era la primera vez que pisaba suelo mexicano, si venía de vivir en Argentina un país con una impronta muy diferente. No, esto me resultaba familiar pero de más lejos, en tiempo y espacio: Ucrania.

Pero, ¿qué es exactamente lo que me parecía familiar?

No podían ser los tacos, ni los sombreros, ni el mezcal, no, allá ni existen las palabras para describir aquellas cosas. Era quizás la idea del amor romántico que andaba dando vueltas por los aires entre las mujeres. La caballerosidad con la que actuaban orgullosos los hombres mexicanos. Y el espíritu fuerte y determinante de un pueblo que destila tradición.

¡Oh!, sí, ya había vivido en una sociedad con estas características, y qué curioso que me lo venga a encontrar del otro lado del mundo.

De nuevo entre tantas mujeres que asumen el papel de damiselas que esperan que su príncipe azul las lleve a sus aposentos de rejas doradas.

Lo que venía sintiendo era un “deja vu”, pero en diferente suelo; veía cuadros de un mismo pintor pero de diferentes paisajes. Toda esta sensación se me vino tan intensa porque en el medio yo había vivido en Argentina, país donde la influencia europea le ha dado descanso a los machos latinos y a las damiselas en apuros, creando una estructura familiar un tanto más libre y equilibrada.

País con una larga trayectoria feminista comenzando en 1896 con la aparición del diario “La voz de la mujer” un diario anarco-feminista cuyo lema declaraba “Ni dios, ni patrón, ni marido”. Diario costeado, producido y publicado por las mismas mujeres que sin pelos en la lengua ni tapujos denunciaban todos los atropellos e injusticias que vivían las mujeres de la época y reclamando la igualdad de derechos. Estas mujeres revolucionarias seguramente fueron influenciadas por ideas feministas de países del primer mundo traídas por los millones de inmigrantes europeos que recibió la Argentina a lo largo de la historia.

La trayectoria feminista de Ucrania no tiene ni tanta fuerza ni tanta influencia, a pesar de haber sido el primer país entre los mencionados en declarar la emancipación laboral de la mujer. Pero esto se debía a una implicancia política y económica de la URSS y no del resultado de una lucha por la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, causa número 1 de la agenda feminista ucraniana de hoy en día. Igualdad de derechos sin sexismo, cuestiones que casi no han prosperado a lo largo de la historia debido a una sociedad tradicionalista y conservadora que además prohíbe y condena cualquier acto público o manifestación atentando contra el derecho a la libertad de expresión del pueblo ucraniano.

El feminismo en Ucrania tiene la dura desventaja de no solo no poseer apoyo si no de ser recibido con mucha incomprensión y poca aceptación por parte del pueblo, que tiene una visión confusa y distorsionada del feminismo y sus razones. También se caracteriza por tener un semblante bastante más conservador que el de los movimientos feministas europeos y latinos, que han ido adoptando una posición más abierta con las categorías de género y sexualidad.

--¿Y por qué tanto conservadurismo?

En eso, los políticos ucranianos han ido haciendo su labor. Apelando a la necesidad de proteger los valores morales ucranianos de “comportamientos desviados” que no cumplan con los estándares que ha impuesto la sociedad e incluso imponiendo serias multas y hasta años de cárcel a personas que mantengan relaciones homosexuales. Estas ideas “anti LGBT” también forman parte de una compleja estrategia política que busca inculcar un sentimiento anti europeo acusando a estos de querer destruir al país con valores contrarios a los ucranianos.

¿Pero realmente la UE no tiene los mismos valores que México o Ucrania? ¿Por qué?

La respuesta a esta pregunta quizás nos la den los sucesos históricos.

Y es que mientras que en el Siglo XV en Latinoamérica comenzaba lo que se conoce como el peor genocidio de la historia de la humanidad y Ucrania era conformada por varias alianzas de pueblos eslavos del este y luchaba por sus tierras e independencia, en Europa nacía el HUMANISMO, involucrando al antropocentrismo y al laicismo, haciéndole frente al teocentrismo medieval y poniendo en primer plano el desarrollo de las cualidades esenciales del ser humano.

Esta es en parte la respuesta de porque México, un pueblo mucho más nuevo y Ucrania, un pueblo no tan nuevo pero con muchos tropiezos a lo largo de la historia, son tan tradicionalistas. Y por qué en Europa han conseguido mitigar los valores tradicionales con las exigencias humanistas de la nueva era con tanto éxito.

Derivado de este tema surge exigente y cabal la pregunta en nuestras cabezas. ¿Vale la pena sacrificar la tradición de nuestros amados pueblos en pro del humanismo-progresismo?

Bueno, una cosa es segura. Un hombre sin un puente a la tradición e historia de su pueblo y sin la herencia del espíritu y esencia de este, sería un hospiciano sin genealogía, desarraigado del saber de sus mayores y estéril para cualquier futuro, vulnerable y fácil presa para cualquier sustancial superficialidad y por lo tanto gran amenaza a la intelectualidad de un pueblo y su cultura.

Es por eso que el humanismo en estas épocas, tiene que ser una síntesis entre la cultura nacional, la antigua y la nueva. Ha de enseñar la gran responsabilidad que conlleva el ser un heredero de todos los que pasaron en su historia y de todo lo nuevo, en pro de un hombre mejor adaptado a las necesidades intelectuales y morales de los tiempos venideros.