Opinión

Resguardo democrático

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Resguardo democrático

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Felices 15, Uriel Emiliano.

Te quiero; vas muy bien.

En 1970, Dan Rustow presentó al mundo una admonición sobre el futuro en Transiciones a la Democracia: Hacia un modelo dinámico. Dijo que los factores que mantienen estable una democracia no son necesariamente los mismos que la trajeron a la existencia; y que las explicaciones de la democracia debían distinguir entre la fase funcional y la genética.

Tenía razón. En 2018, quien no quiera creer que las democracias modernas están mutando, no está viendo el mundo. No sabemos aún hacia dónde se dirigen las fases funcionales, pero es innegable que están en flujo. El asunto es que aún no alcanzamos a ver el sucedáneo, pues el autoritarismo competitivo de China y Turquía; la democracia iliberal de Venezuela y Nicaragua o el ultranacionalismo de Trump o Bolsonaro, no parecen muy solventes en cuanto al respeto a derechos y libertades y al reconocimiento de las funestas consecuencias del aislacionismo internacional.

Hace unos días estuve en Los Ángeles, California, por motivos académicos. En un tiempo libre, me pude dar una vuelta por la librería más cercana. Al entrar me encontré, en la mesa de novedades, cuatro libros muy recientes que estudian o denuncian el fenómeno: ¿Puede funcionar la democracia?, de Miller; Identidad: la exigencia de dignidad y la política del resentimiento, de Fukuyama; Democracia para realistas, de Achen; y El pueblo contra la democracia, de Mounk.

En la sección de revistas, me topé con cuatro que abordan los mismos temas: en Journal of Democracy, de la Universidad Johns Hopkins, un texto sobre el autoritarismo moderno, de Stefan Foa, y análisis de los retrocesos democráticos visibles en la República Checa, Eslovaquia y Bulgaria, junto a un ensayo de Rupnik sobre la crisis del liberalismo.

En Journal of International Affairs, de la Universiad de Columbia, todo el ejemplar está dedicado a la democracia, destacando textos sobre cómo el internet transformó la forma de protestar pero no mejoró la democracia; y sobre cómo la izquierda latinoamericana desperdició la oportunidad de profundizar la democracia en la región.

El Washington Quarterly, de la Universidad George Washington, está intitulado Las vulnerabilidades de la democracia, y contiene un gran ensayo de Seva Gunitsky sobre el Futuro de la Democracia y la resistencia a la ola hegemónica de autoritarismo.

Finalmente, el tema del número de octubre de la revista The Atlantic es “¿Está muriendo la democracia?” con interesantes textos: uno que explica por qué la tecnología favorece la tiranía, otro que se duele de que estamos perdiendo los hábitos democráticos, uno más sobre las amenazas del tribalismo a la democracia y otro sobre la fuerza de la masa en las redes frente las instituciones representativas.

La principal lección es que en el país de Rustow, el que se dice creador de la democracia moderna, sus intelectuales y académicos están preocupados, ahora sí, por el estado de ese modelo político, que ellos creían ya consolidado en los métodos democráticos de acceso y ejercicio del poder público. Y si la crisis es planetaria, los demócratas de la región deberíamos estar haciendo más.

gsergioj@gmail.com

@ElConsultor2