Opinión

Resilencia para el inicio del año

Resilencia para el inicio del año

Resilencia para el inicio del año

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Esta palabra no recuerdo haberla aprendido en mi educación formal, fue hasta hace algunos años que la comencé a escuchar e inmediatamente me generó una gran curiosidad acerca de su significado. Resiliencia es la capacidad del ser humano de superar circunstancias traumáticas. En ese momento le puse nombre a una gran cantidad de historias que escucho a diario en mi vida personal y en mi trabajo profesional en el consultorio. Estos ejemplos eran de personas que se levantaban de increíbles tragedias, desastres naturales (como los sismos y los huracanes), exposición a la violencia generalizada en el país, muertes de familiares y personas queridas en accidentes masivos o incluso situaciones terribles como un secuestro. Incluso, viendo estas historias, aprendí que no solamente la resiliencia se refiere a poder salir adelante, sino, en muchas ocasiones, hasta obtener ventajas de crecimiento personal derivadas de estas vivencias adversas. Héroes cotidianos que desarrollan fundaciones para ayudar a otros caídos en las mismas desgracias, cambios de vida y de profesión, emprendimientos creativos completamente innovadores que hacen más fácil la vida de los demás, entre una larga lista de etcéteras.

Estos esfuerzos resultan reparadores para el alma y la psique, podríamos designar que en una primera fase del evento traumático hay que fomentar que la persona se “lama sus heridas” reconociendo que lo pasado fue muy desafortunado, logrando que la fuerza de la empatía haga su trabajo. En un segundo momento hay que darle toda la paciencia del mundo para que el paciente-persona designe el tiempo necesario que le va a llevar tratar de salir adelante. Para finalizar con el proceso de reconstrucción, a diferentes niveles y diferentes posibilidades para cada quien, y constituirse en alguien mejor, pero forzosamente diferente a la persona que se era antes de la tragedia. En muchas ocasiones, el experto en salud mental, solo se convierte en un testigo presencial de todo este proceso, sólo estando a la mano para poder proporcionar las herramientas que se requieran en los diferentes estadios del proceso que acabamos de describir.

Pero, justo hoy, en el inicio del año, me gustaría poder llamar resiliencia, guardadas proporciones, a la habilidad que tenemos todos de ver el amanecer todos los días y salir a la calle a enfrentar las dificultades cotidianas que nos presenta la vida en el aquí y en el ahora. Enfrentar el cansancio para salir de la cama, seguir adelante con la educación de nuestros hijos obligándolos a arreglarse e ir a la escuela, documentar, contabilizar, priorizar y programar los diferentes gastos y deudas que conlleva el desarrollo, como la hipoteca de la casa, el préstamo para abrir un negocio o hasta los créditos educativos. Llegar a un trabajo que muchas veces no es lo que uno soñaba, y que, aunque se dedique uno a la vocación que descubrió en su adolescencia, cuenta siempre con tintes agridulces que no permiten decir que uno es completamente feliz en su profesión. Convivir con la familia, aceptando las virtudes y defectos que tienen, reconociendo que es imposible que las incluso las personas más cercanas sean como nosotros queremos. Superar ser víctimas de las obligatorias enfermedades, que aleatoriamente a todos nos tocarán padecer en la vida. De hecho, los reto a que me digan una enfermedad que no sea infecciosa y que se cure con un antibiótico, que no sea para toda la vida y que nos requiera a hacer cambios perdurables y adaptativos… hasta que la muerte llegue.

Por lo tanto, para este Año Nuevo, mi mejor deseo es que seamos conscientes de todas las dificultades que representa estar vivo y que no tenemos que esperar a enfrentar una evento extraordinariamente malo para poner a prueba nuestras capacidades de ser fuertes y salir adelante, este músculo lo podemos y debemos entrenar todos los días, y a falta de una nueva palabra, pues les deseo ¡MUCHA RESILIENCIA!