
“Ser un gringo viejo en México…eso es eutanasia”, “yo soy hijo de la parranda, el hijo del azar y la desgracia. Nadie defendió a mi madre.”, son dos fragmentos que plasmó Carlos Fuentes (1928-2012) en su novela Gringo viejo, la cual cumple este 2019 tres décadas de que fue llevada al cine con un guion hecho por el propio escritor mexicano.
Gringo viejo narra cómo un periodista estadunidense (Ambrose Bierce) llega a México buscando la muerte, camina hacia Chihuahua en tiempos de la Revolución Mexicana, ahí se une a las filas de Arroyo, un general de la División del Norte, y cuando atacan una hacienda se une también la maestra Harriet, quien desata los celos y la pasión del gringo y del general villista.
“La película es un guion de Carlos Fuentes, es de 1989 y estuvo protagonizada por la actriz Jane Fonda en el papel de la Miss Harriet y Gregory Peck interpretando al gringo viejo. De ambos, Carlos Fuentes admiraba su trabajo”, comenta el especialista Jovany Hurtado García.
El guion, reitera, es de Fuentes y por lo tanto, la cinta respetó la narrativa del libro.
“Creo que Fuentes escribió la novela pensando en el cine, es una película que parece un western como las que él veía con Reyes en Cuernavaca. Fue un libro que se tardó 20 años en escribir, lo empezó cuando viajaba de Chihuahua a Zacatecas y lo concluyó en Cuernavaca en 1984”, comenta.
La novela que habla de la relación entre Estados Unidos y México apareció en marzo de 1985 en el Fondo de Cultura Económica (FCE) y cuatro años más tarde, en la cartelera cinematográfica.
Hurtado García explica que el guion original está en la Universidad de Princeton y lamenta que la película sea imposible de conseguir.
“No se encuentra y eso sucede con varias películas en las que Fuentes fue guionista. Tiempo de morir, esa cinta sí está porque fue una que escribió con Gabriel García Márquez, pero Los bienamados fue una película basada en el cuento Un alma pura, de Fuentes, y la cinta Pedro Páramo que hizo con García Márquez tampoco están accesibles”.
El experto señala que esas películas no están disponibles, no porque sean malas, sino porque las distribuidoras ya no se encuentran, por ello, propone la idea de que las dependencias culturales organicen un ciclo de cine en donde se vea la faceta del Carlos Fuentes guionista.
“Muchos han dicho que es su primera novela que habla de la Revolución, no lo creo así, pienso que en La región más transparente vemos su primer acercamiento de la posrevolución, pero también la crítica de la corrupción que hubo en ese movimiento porque está la idea constante de Fuentes: la revolución siempre el derrocamiento de una élite para que llegue otra”, indica.
Gringo viejo, añade, habla de la relación de México y Estados Unidos de manera invertida, es decir, de cómo el gringo ve a los mexicanos.
“El gringo sabía que estaba en México para morir y quizá venía a atrapar ese México que su padre le había platicado con la invasión de 1846 pero es una exploración del gringo con México, es la primera exploración de Carlos Fuentes sobre esta relación de México-Estados Unidos”, comenta.
Hurtado García señala que la idea de frontera fue una constante en la obra de Fuentes.
“Recordemos La frontera de cristal y luego los ensayos contra Brush, además en sus archivos hay un texto que habla de esa relación de Estados Unidos con Iberoamérica que es un texto que no se ha publicado y estoy en plática con Silvia Lemus para que se publique pronto”.
“Carlos Fuentes siempre tuvo ese juego con los espejos, por ejemplo, Espejo enterrado, La frontera de cristal y hay una escena en Gringo viejo: cuando los personajes llegan a la Hacienda de los Miranda, se miran en los espejos, se reconocen de cuerpo entero y se dan cuenta que son más allá de lo que creían o de lo que veían en la cara del otro”, comenta Hurtado García.
En ese momento los villistas reconocen la otredad. “Es cuando se ven más iguales al gringo porque se dan cuenta que también tienen un cuerpo entero y una personalidad. Ahí está la frontera que Fuentes vio, que a veces es tan transparente que no la alcanzamos ver”.
Al final, añade, a los revolucionarios nos les gusta verse y acaban incendiando la hacienda porque siempre es difícil encontrarte con algo que no quieres ver de ti.
Hurtado García comenta que Gringo viejo es también una novela de pasiones. “Arroyo llega a creer que el gringo viejo y Harriet tienen algo. Es una novela que abre pasiones y que se desata cuando se encuentran dos personas con culturas distintas, que piensan que no se pertenecen y resulta que tienen similitudes… como estas pasiones que son los celos”.
Arroyo, añade el experto, tiene celos del gringo viejo por su personalidad, por su seguridad. “Lo ve firme hasta para rasurarse, es decir, todo lo que es el gringo viejo desata los celos del general”.
Copyright © 2019 La Crónica de Hoy .