Cultura

“Los mejores libros infantiles son los que mantienen escondida la moraleja”

Kestutis Kasparavicius visitó México para participar en la FILIJ y promocionar la traducción al español de su reciente libro Once cuentos fantásticos de Kasparavicius, editado por el FCE.

Kestutis Kasparavicius visitó México para participar en la FILIJ y promocionar la traducción al español de su reciente libro Once cuentos fantásticos de Kasparavicius, editado por el FCE.

“Los mejores libros infantiles son los que mantienen escondida la moraleja”

“Los mejores libros infantiles son los que mantienen escondida la moraleja”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La literatura para niños debe estar libre de ideologías, así lo considera Kestutis Kasparavicius (1954), ilustrador lituano que visitó México a propósito de la 39 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) para promocionar la traducción al español de su reciente libro Once cuentos fantásticos de Kasparavicius, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).

Algunas historias del libro narran con ironía cómo un cocodrilo se arrepintió de sus deseos: vivir en un mundo lleno de fresas o cómo un pez hambriento terminó siendo la cena de un volcán o cómo un tazón lleno de croquetas huye del perro que quiere comer la porción de alimento que le puso su amo.

Crónica presenta una entrevista con Kestutis Kasparavicius, quien desde 1984 se ha dedicado a escribir e ilustrar libros para niños, mismos que han sido traducidos a más de 29 idiomas, además de que en 2008 y 2010 fue nominado al Premio Hans Christian Andersen y en 2016 la Feria del Libro de Bolonia organizó una exposición retrospectiva de su obra como reconocimiento a su larga trayectoria.

—¿Todas las historias para niños deben tener moralejas?

—Me asusta caer en las moralejas abiertas, es decir, cuando se notan muy evidentemente en los libros. Creo que si alguien lo hace así los niños reciben todo al revés. Si estás escribiendo libros infantiles y quieres decir algo en forma de moraleja hay que envolverla con ilustraciones e historias.

“Así el niño no lo sentirá pero entenderá lo que quieres decir, pienso que esos mensajes tienen que estar escondidos y los mejores libros infantiles son ésos, los que mantienen escondida la moraleja”, responde.

—¿La literatura infantil debe estar libre de ideologías?

—Sí, no me gusta que tengan ideologías pero algunos autores sí lo hacen. No quiero que la gente piense que soy más inteligente que otros o que yo sí sé, simplemente no elijo ideologías.

Uno de los relatos en Once cuentos fantásticos de Kasparavicius titulado La maleta narra cómo un señor guarda en su equipaje los sueños de las personas, ahuyentando aquellos en forma de nubes negras.

—¿Qué significan los sueños para ti?

—Son muy importantes y también lo son para el ser humano o deberían serlo para todos. Tengo un libro que está hecho totalmente de los sueños, se llama Gatita de los sueños, pero en estos cuentos que tradujeron al español intenté contar desde mi punto de vista cómo pueden ser los sueños, qué pasa en ellos. En los sueños se juntan dos mundos: el de los sueños y el mundo de los que sueñan. Es una cosa confusa a la que quise adentrarme.

—¿Por qué es importante la ironía en tus cuentos?

—Es uno de los elementos más importantes en mis libros porque mi personalidad también es así. Muchos piensan que si escribes libros con humor es porque eres una persona alegre y positiva pero no es así, todos tenemos días malos y problemas, entonces la ironía es una de manera de escapar de lo malo.

LIBERTAD EN ACUARELA. Antes de que Kestutis Kasparavicius estudiara diseño gráfico en la Academia de Artes Gráficas de Vilna cursó 10 años de música.

“Estaba estudiando música porque así lo quería mi mamá, estudié desde los 7 años y como en ese tiempo, en los 70 del siglo pasado, en Lituania eran muy populares los vinilos había uno de un niño italiano llamado Robertino Loreti, muy famoso y todas las mamás querían que sus hijos cantaran como él”, comenta sonriendo.

Kasparavicius estudió diez años música.

“Estudié dirección musical pero no me sentía cómodo estando parado frente a toda la orquesta, por eso cuando acabé los estudios en música y viendo a mi hermano que estaba en la academia de arte, decidí seguir sus pasos”, narra.

—¿Por qué eliges la acuarela como técnica de trabajo?

—En 1980 no había muchas tecnologías ni técnicas a elegir, además la acuarela me da la libertad de dibujar detalles, cosas muy pequeñas y eso me encanta.

Kasparavicius ha ilustrado obras clásicas escritas por Hans Christian Andersen, Hoffmann, Carlo Collodi, y Fiodor Dostoievski.

—¿Cambia tu técnica al ilustrar clásicos y tu propia obra?

—Cuando estoy ilustrando a otros autores leo el texto con mucha atención y con mucho respeto, por ejemplo, si estoy dibujando obra de Andersen leo muy atento y pienso qué podría imaginar el autor.

“Pero de pronto muchos pensamientos se juntaron en mi cabeza y ya no podía seguir. Ahora ilustro mis libros y creo que hay una gran diferencia, es como si fueran dos diferentes ilustradores”, responde.