El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió ayer que Rusia podría emplazar su armamento de nueva generación, incluidos misiles hipersónicos, apuntando a Estados Unidos si este despliega cohetes de corto y medio alcance en Europa.

El mandatario ruso, además, aseguró que sus misiles, a su vez, podrían quedar instalados en aguas internacionales, porque, dijo, “nadie prohíbe a los buques de guerra y a los submarinos desplazarse por aguas neutrales.

“No hay necesidad de emplazarlos en aguas territoriales o incluso en la zona económica especial, con su velocidad y alcance esos misiles pueden ser desplegados en aguas neutrales o simplemente en el océano”, dijo Putin a la prensa después de pronunciar el discurso anual sobre el estado de la nación.

Recordó que la zona económica especial es de 400 kilómetros, cuando el cohete hipersónico Tsirkon, que supera en casi nueve veces la velocidad del sonido, tiene un alcance de mil kilómetros.

Putin insinuó que, si algunos misiles que Washington podría emplazar en Europa tardarían entre 10 y 12 minutos en alcanzar Moscú, los suyos tardarían menos aún en alcanzar territorio estadunidense.

El presidente ruso también aseguró, de todos modos, que el Kremlin sigue dispuesto a volver a negociar con Washington la cuestión del desarme estratégico, después de que el presidente estadunidense, Donald Trump, abandonara el tratado bilateral INF, que vetaba los misiles de más de 500 kilómetros de alcance, pero matizó que “no está dispuesto a tocar una puerta que está cerrada”.

“Todas nuestras acciones en el ámbito de la seguridad tienen un carácter exclusivamente de respuesta. No estamos interesados en la confrontación; menos aún con semejante potencia global como Estados Unidos”, zanjó Putin.

“PROPAGANDA". En respuesta, una fuente anónima del departamento de Estado de EU aseguró de manera anónima a la agencia EFE que las palabras del presidente ruso “son una continuación del esfuerzo de propaganda de Rusia de evitar asumir su responsabilidad por las violaciones rusas del tratado INF".