
La presunta trama en la cual el director regional de la ONG cristiana estadunidense World Vision en Gaza, Muhamad Halabi habría desviado fondos al brazo armado de Hamas se complica. Ayer, la organización Save the Children anunció que examinará la imputación de uno de sus trabajadores en el caso.
El servicio secreto israelí, el Shin Bet, argumenta que Halabi captó en 2014 a un trabajador, no identificado, de la ONG británica, para que colaborara en su ayuda a las operaciones militares de Hamas, según reportó ayer France Presse. El papel de este trabajador sería, supuestamente, informar de la actividad de agencias de ayuda estadunidenses, como Usaid, en la región.
Sin embargo, Save the Children asegura que no ha recibido notificación oficial. Además, el caso presenta un problema, que es que Halabi fue imputado tras más de 50 días de interrogatorios del Shin Bet. La mitad de los cuales, sin la asistencia de un abogado.
Además, el rotativo Haaretz explicó ayer, citando fuentes de World Vision en Alemania, que las cifras del presunto desfalco de Halabi no encajan. Mientras las autoridades israelíes acusan al trabajador palestino de desviar 43.2 millones de dólares en seis años, la organización asegura que su presupuesto en la región fueron 22.5 millones de dólares, y a lo largo de toda la última década.
Aún así, World Vision anunció ayer que suspende sus actividades en Gaza. Y que, a pesar de las contradicciones, y de que cuando estalló el caso el miércoles pasado pidió prudencia, analizará por su cuenta la acusación, y cooperará con la investigación oficial. “Seguimos pidiendo un proceso justo y transparente”, zanjaron desde la ONG.
De momento, pero, el impacto ya se está notando en la organización cristiana, puesto que Alemania y Australia, donantes ambos hasta ahora de la organización, anunciaron ayer que suspenden la colaboración con World Vision.
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