Luego de haber estado dos meses instalados en la Alameda Central, ambulantes liberaron el espacio y realizaron una jornada de limpieza, luego de ser acusados de causar daños a la infraestructura urbana. A un costado del Palacio de Bellas Artes, unos 70 comerciantes tomaron escoba y jabón para limpiar el espacio. A estas maniobras se les unieron dos pipas de agua del Gobierno de la Ciudad que la Autoridad de Centro Histórico (ACH) solicitó para las labores. Diana Sánchez Barrios, lideresa de los comerciantes ambulantes, defendió que nunca estuvieron en la ilegalidad, pues contaban con permiso de la Administración pasada.