
La científica mexicana María del Carmen Ávila Arcos, integrante del Laboratorio Internacional de Investigación sobre el Genoma Humano, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), forma parte de un equipo internacional de científicos que logró secuenciar el genoma de un integrante del grupo étnico taíno lucayos, que se cree fue de los primeros pobladores del Caribe.
Este hallazgo fue publicado en el artículo “Origins and genetic legacies of the Caribbean Taino”, en la revista oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, llamada PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences).
El estudio multinacional fue encabezado por Hannes Schroeder, Martin Sikora y Shyam Gopalakrishnan, de la Universidad de Copenhague. También participaron científicos de la Universidad de Leiden, Holanda; de las universidades de Filadelfia y Stanford, Estados Unidos, y de la UNAM, de México.
La revista indica que en los próximos años la información que se extraiga de muestras de Ácido Desoxirribonucleico (ADN) antiguo revolucionará la arqueología y la historia de la humanidad, pues se podrán comprender muchos movimientos y encuentros entre civilizaciones. El gran reto que enfrentan los arqueólogos es aprender a interactuar con científicos de otras disciplinas que ayuden a maximizar la información genética que ha sobrevivido durante milenios en huesos enterrados o sumergidos en cuevas secas o inundadas.
Gracias al estudio de moléculas de ADN antiguo, ahora existe una nueva vía que puede ayudar a responder estas preguntas. Uno de los mayores obstáculos para obtener respuestas es la mala preservación de DNA.
El estudio en el que participó la doctora Ávila Arcos reporta la secuencia del genoma de un individuo de la étnia taíno lucayos de mil años de antigüedad, el cual fue recuperado de un yacimiento de la llamada Cueva del Predicador en las islas Bahamas.
“Hemos secuenciado el genoma de este individuo y demostrado que genéticamente está más estrechamente relacionado con los actuales hablantes del norte de Sudamérica, lo que sugiere que los antepasados de los lucayos originaron allí. Además, no encontramos ninguna evidencia de endogamia reciente o el aislamiento del genoma ancestral, sugiriendo que los lucayos tenían un tamaño de población efectivo relativamente grande”, indicaron los arquéólogos y expertos en genómica en su reporte a la revista PNAS.
“Por último, mostramos que los componentes nativos americanos en algunos genomas del Caribe actuales están estrechamente relacionados con los antiguos taínos, demostrando un elemento de continuidad entre las poblaciones previas al contacto con los europeos y actuales poblaciones latinas en el Caribe”, añadieron los científicos.
Lectura genómica. El conjunto de datos genómicos no sólo sirvió para determinar qué grupos indígenas actuales tienen afinidad genética con esa población ancestral, también arrojó información importante para establecer cómo fue el proceso de poblamiento de esa región de América.
“Empecé a trabajar en el proyecto cuando estudiaba el doctorado en la Universidad de Copenhague, y el interés era caracterizar los patrones genéticos de poblaciones nativas del Caribe, relató la universitaria.
Antes de la llegada de los españoles, en esa área había poblaciones nativas, los más conocidos eran los taínos, pero una vez que ocurrió la colonización hubo un reemplazo casi total, explicó.
Los colonizadores trajeron individuos esclavizados y agentes patógenos que causaron graves epidemias, lo que junto al exterminio arrasó con la población originaria, resaltó.
De ahí surgió un cuestionamiento: ¿a qué poblaciones indígenas del resto de América se parecían los taínos antiguos? “Si estudiábamos las actuales era difícil dar una respuesta, porque ya casi no queda esa ancestría en el Caribe, por lo que decidimos secuenciar los restos arqueológicos encontrados en una cueva en las Bahamas, cuya edad es de mil años, es decir, anterior a la Colonia.
“Encontrar el material en una cueva fue bastante bueno, porque el ADN con el tiempo se degrada, se rompe y se pierde la señal, pero al estar en una cueva se preservó muy bien, lo que nos permitió obtener suficiente para hacer la secuenciación”, expuso Ávila Arcos.
Así, los expertos supieron que los taínos lucayos tienen mayor afinidad genética con poblaciones actuales del norte de Sudamérica, que hablan la lengua aragua, lo que sugiere que se originaron en esa zona y después poblaron el Caribe.
De este modo, acotó, se puede apoyar la teoría de que el poblamiento del Caribe se dio del norte de Sudamérica hacia las islas, y no del Centro o Norteamérica.
“Empecé a participar en este proyecto en 2014, pero el interés de estudiar poblaciones taínas ya lo tenía Hannes Schroeder, autor principal del artículo. Mi trabajo actual se centra en poblaciones antiguas de México, pero van sobre la misma línea. En realidad fue a partir de mi experiencia en el doctorado y el posdoctorado que me interesé más en hacer uso del ADN como un tipo de registro histórico, es como un libro de historia que está en todos nosotros”, destacó.
Analizar el material genético de las poblaciones antiguas y actuales es un recurso valioso para reforzar unas teorías y proponer otras nuevas, incluso para descubrir detalles sobre nuestros antepasados, concluyó.
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