Opinión

Sin piedad y con estricto apego a derecho contra sus asesinos

Sin piedad y con estricto apego a derecho contra sus asesinos

Sin piedad y con estricto apego a derecho contra sus asesinos

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Siguen las ocurrencias respecto al rescate y pretendida recuperación de la vaquita marina y, aunque al respecto debemos reconocer que todavía el presente gobierno no ha superado las del pasado régimen -cuando se autorizó y financió un ejercicio tan inútil como estúpido, pero eso sí, de muy elevado costo como resultó instalar EL NIDO, que lo único que aportó fue la muerte (por vil estrés) de una más de tan elusivas Y escasas marsopas- está muy cerca de lograrlo a partir de las más recientes disposiciones relativas a la materia que, dadas las carencias presupuestales y de recursos materiales y humanos para su vigilancia, sólo acelerarán la extinción de tan maravillosa criatura y con ello la afectación de todo un ecosistema para el que la Phocoena sinus es eminentemente necesaria; y es que no se entiende ese Acuerdo -publicado el 9 de julio en el DOF- como no sea para eliminarla de la faz de la tierra, deshaciéndose así de dos problemas, uno, el pendiente de tener los ojos del mundo observando lo que México hace respecto a la conservación del mamífero marino más amenazado del Planeta, con apenas entre 6 y 10 individuos vivos. Es cuanto…

Y no, en realidad no Es cuanto porque han de saber que me está llevando el tren entre la furia… más bien ira… la impotencia y la náusea, dados tres muy recientes casos. El primero, el de una manatí llamada JULIETA, que fue rescatada en Colombia tras haber quedado atorada en una red pescadora y que después de haberle sido curadas diversas lesiones, este 14 de julio, a una semana de que fue devuelta a su hábitat y sin misericordia alguna, fue ultimada a palos y a machetazo limpio. Se le trató de recuperar al encontrársele aún con vida, pero esta vez no sobrevivió. Inmediato vino lo de KOSTIS, una foquita monje muy amada por la comunidad residente en una de las más bellas zonas marinas protegidas de Grecia, donde era figura icónica desde el 2018 en que también fue rescatada tras el destructivo paso de la tormenta Zorbas, pero de poco le valió el cariño porque el pasado domingo fue arteramente arponeada… a quemarropa… por un pescador que ya se tiene identificado, como también a los ocho malditos asesinos, incluidos al parecer dos menores, que en grado de pandillerismo y/o a modo de asociación delictuosa, como se quiera, emprendieron crudelísima y abusiva acción contra “su" perro, lo que sin duda debe tener castigo ejemplar. Según, el can mordió a una de las mujeres de la familia Martínez, domiciliada en Santa María Tlayacampa, Tlalnepantla, EdoMex, lugar donde el animal permanecía encadenado en la azotea, por lo tanto, la razón de su reacción no debe extrañar. Para esto, y confiados en la impunidad que priva particularmente en estos asuntos, al clan no le importó que los vecinos fueran testigos de tamaña ejecución, contemplando impotentes la escena en que aparte de mantener encadenado al perro, el machito mayor, de nombre Pueblito, lo retenía alentando las puñaladas, tablazos y palazos que le atizaron entre todos mientras la criatura estoicamente aguantaba vara hasta que dos pedradas sobre su cabeza lo terminaron y eso debe ir más allá del débil trato que a tal delito destina el Código Penal de la entidad. Ello, sin omitir las agravantes en que recayeron y la acumulación de las faltas administrativas que para lo correspondiente señala el Código de Biodiversidad.

La acusación fue fundada y motivada debidamente y, a presión social la Fiscalía respectiva actuó en tiempo y forma cateando el domicilio para retener pruebas contundentes del hecho, mismas que se sumarán al terrible video-testimonio que no pude terminar de ver. Quedo confiada en la eficiencia del sector protector que está detrás del CASO y no lo dejará pasar. ¡Que así sea!

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