Escenario

Sobrevivir bajo cero: Contenidos salvajes para sensibilizar a la humanidad

Entrevista. Crónica conversó con Sue Aikens, participante del programa ganador de un Premio Emmy Primetime por Mejor Cinematografía para el género reality show

Sobrevivir Bajo Cero
Sobrevivir Bajo Cero Sobrevivir Bajo Cero (La Crónica de Hoy)

La serie documental Sobrevivir Bajo Cero, que muestra las complicaciones de un estilo de vida expuesto a contextos extremos por las bajas temperaturas, regresa con su cuarta temporada para inspeccionar el territorio de Alaska.

“Las circunstancias no necesariamente cambian, los osos ahí están, también los lobos, pero cada día es diferente; a lo mejor están caminando y no me ponen atención en lo absoluto, pero hay 20 pies de nieve que lo hacen diferente, así que me van a ver resolviendo muchos problemas, sobre todo con mi propio cuerpo”, comentó Sue Aikens, una de las participantes, en entrevista con Crónica.

Aikens, quien dirige un campamento para cazadores a 500 millas de la ciudad más cercana, tendrá que superar los obstáculos que le presentará este hermoso pero hostil territorio, junto al matrimonio de Chip y Agnes Hailstone, Andy Bassich, Glenn Villeneuve y Jessie Holmes, en los siguientes capítulos que se estrenarán a partir de este miércoles, 4 de abril por el canal de paga History.

“No lo llamaría una experiencia difícil, sino más bien como problemas que aún no logro resolver, una de las cosas que puede llegar a ser frustrante es el batallar con la percepción de la gente; por ejemplo, soy blanca, no puedo ser dueña de un terreno, tengo que rentar para poder vivir ahí y tener un negocio, eso es un desafío y es bien difícil, pero a mí me alientan los desafíos”, expresó.

“Para mí son bendiciones estos retos, yo le pregunto a todo el mundo, cuáles son las dificultades que tú crees enfrentar y cómo lo puedes convertir en una bendición; la vida siempre sale como debe salir y muy pocas veces como crees que saldrá, y debes estar preparado”, explicó la protagonista, quien ofreció la entrevista en su visita a México.

A sus 54 años, con el resto de su familia al otro lado del mundo y rodeada únicamente de 83 osos grizzli, Aikens se mantiene firme ante su propósito: crear conciencia sobre el ecosistema, mostrando las bellezas que engloba uno de los territorios más hostiles.

“No vengo de un lugar emocional, a lo que me refiero es que la gente comúnmente diría, ‘te debes sentir sola’, pero yo digo no, el estar sola es admitir que estás triste o que algo te falta y a mí nada me falta. El mundo sigue girando, la nieve aún cae y hay que seguir. Cuando soy la única persona que lo tiene que hacer, no puedo darme el lujo de decir, ‘órale esposo vas, arréglalo pronto’; es una lista de cosas que hacer por ti. Y hay días donde volteo y digo, ‘puede esperar, necesito dormir’. Algunas veces tienes que ser suficientemente fuerte para ser débil, tienes que rendirte a tu niño interior, porque a veces sólo necesitas una siesta”, argumentó.

Como cazadora reconoce que es necesario inculcar el respeto por otras especies; al cazar, Sue realiza un ritual en el que agradece a su presa por haberle proporcionado la materia prima necesaria para subsistir: “Para mí no importa qué animal es el que cazo, si lo mato le digo gracias, le dejo una roca y utilizo tanto como puedo del animal. No debes de tomar más de lo que la especie te permite, ningún ser humano debería terminar con una especie, pero yo lo hago para alimentarme; me puedo hacer mi propia ropa y le estoy enseñando a mis nietos que ellos pueden elegir un estilo de vida en la ciudad, pero tendrán que saber cuidarse y aprender a respetar”, comentó.

“No soporto a quienes solamente cazan para premios o por matar algo, eso no lo acepto y no creo que esté bien, pero tampoco lo puedo detener. La gente va a venir y va a tratar de llevarse los cuerpos, no puedo cambiar la mentalidad de la gente, pero sí puedo decir, tráelo y yo lo voy a utilizar para el banco de comida, para que la gente de aquí pueda aprovechar esto; pero si viene sólo por unos cuernos y un par de bisteces, los mando de regreso y les digo, ‘vas a respetar a ese animal, yo puedo manejar la parte de la carne aprovechable sólo si eres respetuoso’”, enfatizó.

Con este tipo de contenidos, Aikens ve la oportunidad de humanizar a un público que se encuentra cada día más ausente debido al exceso de tecnología y a la falta de empatía entre la especie humana: “Algunas veces me preocupan las generaciones más jóvenes, cuando te hablo a los ojos trato de verte. Hay un elemento humano que ya está faltando y yo espero que la gente lo recobre porque la tecnología puede hacer que perdamos la capacidad de vernos humanos, y cuando pierdes eso ya no puedes cuidar la ecología del planeta; si no te preocupa el ser humano que tienes a un lado no te importará lo demás. Así que tenemos que buscar salvar al planeta cuidando nuestras propias relaciones”, concluyó.

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