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Sonda espacial Juno sobrevive al peligroso ingreso a la órbita de Júpiter

La sonda, enviará datos para conocer si tiene agua, qué metales pesados hay o de qué está hecho su núcleo duro

La sonda espacial Juno de la NASA llega a Júpiter
La sonda espacial Juno de la NASA llega a Júpiter La sonda espacial Juno de la NASA llega a Júpiter (La Crónica de Hoy)

En la que ya es considerada la misión de vuelo más compleja de la historia de las naves espaciales no tripuladas, la sonda espacial Juno logró ingresar hoy a la órbita del planeta Júpiter, cuyo ambiente es altamente agresivo porque combina campos magnéticos y gravitacionales muy fuertes, tormentas radioactivas y nubes de polvo capaces de cortar como navajas las estructuras de la nave que tiene forma de un rehilete de tres aspas y que salió de la Tierra hace cinco años.

Este es un proyecto en el que participan científicos e ingenieros de todo el mundo, pero que ha sido financiado por Estados Unidos a través de la Administración Nacional del Espacio y Aeronáutica (NASA por sus siglas en inglés)

La nave logró colocarse en órbita a una altura de 5 mil kilómetros sobre las nubes más altas, pero no bajará a la superficie porque, a diferencia de la Tierra, Júpiter no tiene superficie sólida, el planeta tiene una densa y larga capa de nubes, y luego se entra a algo parecido a océanos químicos y luego un núcleo duro. Sin embargo, ninguna nave podría soportar la presión atmosférica siquiera para cruzar las nubes.  

A las 10:54 de la noche (hora del centro de México), los gritos de alegría se escucharon en el comando central de la misión Juno, en el Laboratorio de Propulsión Jet (Jet Propullsion Laboratory), en Pasadena, California. La voz que detonó la alegría dijo, por radio, “Ok. Comando central, los motores de frenado se han apagado. Tenemos una sonda en la órbita de Júpiter”. “Bienvenidos a Júpiter”. Eso desató los gritos, aplausos, abrazos y, desde luego, las fotografías de autorretrato o selfies.

A esa hora recibieron la señal que indicaba que la nave había sobrevivido en su ingreso a Júpiter, entrando por el Polo Norte y volando debajo de los campos magnéticos, hacia el Polo Sur del gigantesco planeta que tiene una masa 318 veces mayor a la del planeta Tierra.

“Nunca, una nave espacial había cruzado un medio ambiente tan hostil”, explicó a NASA TV Richard Cook, director de exploración planetaria de la NASA. “Existía el riesgo de que la computadora de la nave se re-iniciara a la mitad del descenso si recibiera una carga de radiación muy alta. Si esto ocurría podría paralizar los programas de la sonda por un momento y los sistemas inteligentes podrían quedar paralizados unos segundos o diez minutos, mientras se reiniciaba el programa”.

Juno es el nombre de una diosa de la mitología romana que era hermana y esposa de Júpiter, el padre de los dioses. Juno era la diosa que miraba a través de las nubes y el objetivo es que la sonda espacial que lleva su nombre también pueda mirar a través de las nubes con decenas de equipos fotográficos, radiológicos y filtros de diferente tipo.

El objetivo de este viaje es comprender cómo este gigantesco planeta está conformado principalmente por nubes, mares y un núcleo muy duro. Se buscará identificar si hay agua en Júpiter y cómo funciona el gigantesco campo magnético que la protege de objetos externos, incluido el viento solar.

A las 9:45 de la noche (Hora de México), la sonda espacial Juno envió un pulso o un tono hacia la Tierra para informar que estaba arriba del Polo Norte de Júpiter, en posición para iniciar el ingreso a la órbita del planeta con el campo magnético más peligroso para una nave espacial.  

Todas sus cámaras estaban apagadas, pues los equipos de exploración científica fueron apagados para que no se estropearan en el descenso en el que la sonda estaría expuesta un bombardeo de electrones y de partículas de polvo, a las que cruzaría a una velocidad superior a 15 kilómetros por segundo.

“El momento que nos puso más nerviosos fue precisamente el encendido de estos motores de freno porque hasta el momento en que arrancaron no teníamos la certeza de que el equipo estuviera en buenas condiciones después de cinco años de viaje. Además temíamos que la radiación hubiera reiniciado la computadora de vuelo o que al no encender el motor de freno pudiéramos perder la nave en su entrada acelerada a la órbita. Todo eso ha pasado y ahora vienen otras etapas, pero esa era la que más nerviosos nos tenía”, comentó en vivo a NASA TV Scott Bolton, líder de todo el proyecto Juno.

A pesar de que las cámaras estaban apagadas, desde el planeta Tierra se podía seguir, cómo iba el descenso, gracias a una simulación por computadora, diseñada por el ingeniero Kevin Hussey, de la NASA y que trataba de reproducir el descenso orbital, con los datos de las últimas condiciones ambientales recibidas.  

A las 10:18, la nave ya estaba dentro de la órbita y encendió, por única vez, unos motores de freno para reducir la velocidad de caída, ingreso orbital o enganche. La ruta de la sonda tiene que ser, entrar por el Polo Norte, salir por el Polo Sur, volar sobre las nubes, pero debajo de los campos magnétticos.

Una vez que se logró el ingreso a la órbita, los equipos de análisis, fotografía y transmisión de datos se encenderán en las siguientes 48 horas y la sonda volará 37 veces sobre Júpiter, en 20 meses, hasta ser capturado por su fuerza de gravedad y termine por estrellarse en la superficie de este planeta, cuyo principal componente es hidrógeno.

En las próximas 48 horas la sonda espacial Juno, igual que la diosa romana que le da nombre, comenzará a mirar a través de las nubes.

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