
De acuerdo con Javier Guzmán Calafell, subgobernador del Banco de México, la institución debe mantener una política monetaria cautelosa, así como estar lista para reaccionar ante circunstancias que surjan
Al hacer referencia a un texto de una ponencia presentada en Londres, el funcionario señaló que el balance de riesgos para la inflación en México tiende al alza en el contexto actual, por lo que no deben descartarse ajustes adicionales a la tasa de interés referencial.
Un aspecto muy importante que tocó Guzmán Calafell, fue que en cuanto concluya el proceso electoral para las elecciones generales del 1 de julio, se requerirá conocer las acciones de política económica que tomará el nuevo gobierno, especialmente en finanzas públicas, un asunto que espera la mayoría para definir el camino que se seguirá durante los próximos seis años.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 4.54 por ciento a tasa anual en la primera quincena de junio. Desde enero de 2017, la inflación ha rebasado el objetivo del Banco de México (3 por ciento +/- 1 punto porcentual).
En lo que se refiere al tipo de cambio, la volatilidad ha sido la dinámica de cada día. El peso cerró la sesión con una apreciación de 2.25 por ciento o 45.4 centavos, al cotizar en 19.86 pesos por dólar al mayoreo (fix), ubicándose como la divisa de mayores ganancias en el mercado cambiario. En ventanilla terminó la sesión en 20.25 de acuerdo con Citibanamex.
Según grupos finanacieros, el tipo de cambio tocó un mínimo de 19.69 pesos por dólar, debido a una combinación de factores y es que inicialmente, durante el overnight, el peso observó una recuperación moderada.
Ello como corrección a las pérdidas del miércoles, cuando la moneda nacional cayó a la par de otras divisas de economías emergentes, particularmente el real brasileño y el rand sudafricano.
La institución financiera indicó que la publicación de indicadores económicos poco favorables para Estados Unidos ayudó a reducir la especulación sobre futuros incrementos a la tasa de interés de la Reserva Federal, lo que también permitió que el dólar perdiera terreno.
Para grupos financieros, persisten otros factores de riesgo para la cotización del peso frente al dólar, en particular el creciente proteccionismo comercial de Estados Unidos y la amenaza de nuevos aranceles que podrían ser aplicados a las exportaciones del sector automotriz.
En este contexto, en bancos de la Ciudad de México, el dólar libre se vendió hasta en 20.13 pesos, 40 centavos menos que el cierre previo, y se compró en un precio mínimo de 18.55 pesos.
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