Bienestar

Sueño saludable, envejecimiento saludable

El 66.67% de los pacientes con insomnio presenta una o más comorbilidades.

En México se calcula que 39% de la población entre 18 a 65 años presentan problemas de insomnio

Sueño saludable, envejecimiento saludable

Sueño saludable, envejecimiento saludable

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El sueño es una parte importante de la calidad de vida. De hecho, los expertos lo consideran como uno de los pilares de la salud, junto al ejercicio físico, una alimentación equilibrada y el bienestar emocional.

Al conmemorarse el 12º Día Mundial del Sueño con el lema Sueño saludable, envejecimiento saludable, organizado por la World Society y trasladado a España por la Sociedad Española del Sueño (SES) se afirma que “Si es insuficiente o no reparador, el sueño tiene importantes consecuencias en el bienestar del sujeto, en su rendimiento y a nivel orgánico”.

En México se calcula que 39% de la población entre 18 a 65 años presentan problemas de insomnio, lo que afecta la calidad de vida y a productividad.

En el marco del Día Mundial del Sueño, se llevó a cabo un evento llamado “Aprendiendo mientras dormimos”, cuyo objetivo es generar mayor conocimiento en la materia ante la comunidad médica, con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos del sueño.

En México, los trastornos del sueño tienen una alta prevalencia entre la población adulta, siendo el insomnio el más frecuente entre las mujeres de mediana edad, adultos mayores y los trabajadores con jornadas laborales por turnos.

La falta de sueño es un problema mundial que se considera parte de la vida moderna. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 40% de la población presenta insomnio en algún momento de su vida.

En el país 39% de la población entre 18 a 65 años presentan problemas de insomnio, de estos, alrededor del 37% de hombres y del 42% de mujeres entre 18-65 años presenta insomnio en el país El 66.67% de los pacientes con insomnio presenta una o más comorbilidades como diabetes mellitus tipo 2 (14.74%), hipertensión arterial (17.95%) y obesidad (23.08%) y dolor crónico, además de relacionarse con muchas afecciones psicológicas como la depresión, la ansiedad y la psicosis.

Directa o indirectamente, el sueño interrumpido puede tener un efecto negativo en la vida familiar y las relaciones al afectar el estado de ánimo de una persona y la forma en que pueden realizar las actividades diarias e interactuar socialmente.

De acuerdo con el Dr. Edilberto Peña de León, médico especialista en Psiquiatría, Neuropsiquiatría y Ciencias Médicas, “Los pacientes con insomnio tienen tasas más altas de accidentes en casa, accidentes automovilísticos y accidentes laborales relacionados a trastornos en el sueño independientemente de cualquier efecto adverso de los tratamientos hipnóticos”

Por su parte el Dr. Ulises Jiménez Correa, Investigador de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM con sede en el Hospital General de México, comentó que “el insomnio se define como dificultad para conciliar el sueño, al menos dos noches por semana durante los seis meses previos y que entre los principales síntomas se encuentran la dificultad para iniciar o mantener el sueño, así como despertares más tempranos a los deseados”.

“Los efectos al día siguiente del sueño de mala calidad incluyen un impacto negativo en nuestra capacidad de atención, memoria y aprendizaje, además que la somnolencia durante el día repercute en la realización de nuestras actividades diarias, provocando deterioro en la calidad del trabajo o falta de productividad. Se estima que 5 de cada 6 empleados sufren de estrés, y éste puede ser causado por falta de sueño” afirmó María de los Ángeles De Gyves, presidenta del Consejo Empresarial de Salud y Bienestar, Workplace Wellness Council.

“La arquitectura del sueño representa el patrón cíclico del sueño que cambia entre sus diferentes etapas en el transcurso de una noche y los trastornos del sueño como el insomnio tienen un impacto negativo en esta” mencionó Peña de León.

Los especialistas coincidieron que una mejor comprensión de las condiciones del sueño ayuda a reducir las implicaciones de sus trastornos en la sociedad y recordaron que los tres elementos clave del sueño de buena calidad son: duración, debe ser suficiente para que la persona esté descansada y alerta al día siguiente; continuo, los períodos de sueño deben ser perfectos sin fragmentación y profundo, el sueño debe ser lo suficientemente profundo para ser reparador.

“En lo que respecta al tratamiento farmacológico del insomnio agudo y crónico, de origen inexplicado o con comorbilidad, se han recomendado como primera opción los inductores del sueño no-benzodiazepínicos.