Metrópoli

"Tan sólo de pisar el Metro se me salen las lágrimas", sobreviviente

"No recuerdo cómo de repente estaba sujeta a los tubos del vagón. Sentí un golpe muy fuerte en la cabeza, y vi el horror.

"Tan sólo de pisar el Metro se me salen las lágrimas", sobreviviente

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Jocelyn tiene 21 años. El pasado lunes abordó la estación Periférico Oriente de la Línea 12, luego de pasar a un Super de la zona donde compró cuadernos. Recibió la llamada de su mamá, quien hacía más de una hora que la esperaba en casa, en las inmediaciones de la estación Tláhuac.

Joselyn se dirigía al Metro. "En cuanto esté en la estación te marco". Una vez en el vagón, y después de confirmar a su madre que ya estaba en el trayecto, la joven guardó su teléfono celular que le indicaba la hora de 22:17. Iba sentada, y frente a ella estaba una mujer con su pequeño, de aproximadamente cinco años de edad. Los observó, pero su mente estaba en otra parte. Escuchó el mismo rechinar de las ruedas del tren, igual que todos los días desde hace tres años en que debía hacer sus traslados por el Sistema de Transporte Colectivo (STC). Se habituó a ese ruido, a los comentarios de que la Línea 12 era un peligro.

"No recuerdo cómo de repente estaba sujeta a los tubos del vagón. Sentí un golpe muy fuerte en la cabeza, y vi el horror. Los vagones estaban en caída libre. Y la señora sostenía en sus brazos a su niño que ya no se movía. Gritaba que la ayudaran, que si hijo no respondía. La mujer estaba en la pendiente con su hijito", narra Jocelyn a Crónica con un collarín y aún con dolores de cabeza y de todo el cuerpo.

No se explica cómo se salvó.

"Estaba sujetada a los tubos cuando sonó mi celular. Era mi mamá que me preguntaba desesperada: '¿Dónde estás? Dicen que se cayó el Metro'"

Jocelyn dijo que ella estaba en la zona del accidente.

La sobreviene no sabe cuánto tiempo pasó entre desde que ocurrió el desplome de la trabe y cuando vio una escalera que la puso en tierra firme.

"Recuerdo que un señor me dio la mano y bajé. Yo veía a la señora abrazada a su niño. Gritaba que la ayudaran. Cuando estuve en la calle me dieron ketorolaco. Y no me dieron más atención. Me dijeron 'vete a tu casa, tú estás bien'". Se refiere a los paramédicos de los servicios de emergencia.

Su mamá y la usuaria del Metro no dejaron de tener contacto. Salieron de la zona del siniestro, pero Jocelyn seguía con mucho dolor en todo el cuerpo. Estaba policontundida.

La mamá de Jocelyn la llevó a una clínica particular.

"En el Hospital Linares me sacaron placas. Me pusieron este collarín. Debo hacerme otros estudios, para descartar lesiones en el cráneo. Todo los gastos corrieron por la cuenta de mi mamá. Más de dos mil pesos. Y así creo que les fue a muchos. No nos atendían a profundidad. Sé que lo importante es que estoy viva, y lo agradezco a Dios, pero ¡qué poca madre del gobierno!, de nunca haber hecho caso a las denuncias de que esto ya estaba mal", dice molesta la joven.

Jocelyn se enoja al recodar a la señora que iba con su niño de cinco años. Señala que sí iban varios pequeños. Y que ella vio muerto al menor que minutos antes iba junto a su madre. Pero cuestiona por qué los medios no dijeron el tema de los niños.

"Para mí, subir al Metro ya no es lo mismo. Hoy que regresé a trabajar y tuve que irme en el Metro, porque no tengo de otra, me puse a llorar. Me da mucho miedo. Además, el trayecto que antes era de una hora, pues con esto hice dos".

Jocelyn dice tener miedo de ya no regresar a su casa con tantos accidentes que ocurren en su casa. Le pide a Dios que le permita volver para estar con su hija de nueve años. A los 11 años quedó embarazada, y ahora busca superarse. Dice que retomó sus estudios, por eso le tocó la tragedia del pasado lunes en la Línea 12, por pasar a comprar unos cuadernos.