
Autoridades penitenciarias de Texas aplicaron ayer la pena de muerte mediante inyección letal al preso anglosajón, James Eugene Bigby, por asesinar a un hombre y su hijo en Fort Worth en diciembre de 1987.
Bigby, de 61 años, fue declarado muerto a las 18:31 horas locales en la cámara de la muerte de la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, Texas, en la cuarta ejecución en esta entidad este año y la sexta en todo Estados Unidos.
Bigby fue sentenciado por el homicidio de su amigo Michael Trekell, de 26 años, y el sofocamiento del hijo de éste, Jayson, un bebé de cuatro meses, la víspera de la Navidad en 1987.
Bigby fue arrestado dos días después en un hotel de Fort Worth y aceptó su culpabilidad. Aunque también mató a otros dos hombres de esos delitos no se le culpó.
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