Unos 850 sirios que vivían como refugiados en la localidad de Arsal, en el noreste del Líbano, regresaron ayer a Siria tras recibir la aprobación del gobierno de Damasco y en coordinación con las autoridades de Beirut.
El proceso de retorno comenzó a las 6 de la mañana, hora local, desde la zona fronteriza con Siria y los refugiados partieron en camiones y coches privados con sus pertenencias.
Sin embargo, algunos de los refugiados no pudieron partir hacia sus hogares ubicados en la región siria de Al Qalamún porque Damasco no aprobó sus solicitudes.
La operación se realizó en coordinación entre la inteligencia libanesa, el ejército sirio y miembros de la Cruz Roja libanesa y otras organizaciones humanitarias, que estuvieron presentes atendiendo algunos casos de emergencia en el lugar.
El de este lunes es el cuarto grupo de refugiados sirios que abandona Arsal desde mediados de junio.
Se estima que entre 50 mil y 60 mil sirios están refugiados en Arsal tras huir del conflicto en Siria, adonde algunos no se atreven a regresar por miedo a que las autoridades de Damasco tomen represalias contra ellos.
Por su parte, Beirut ha instado a los refugiados a emprender el retorno, ahora que la violencia ha remitido en varias zonas, pues el Líbano no tiene capacidad para satisfacer las necesidades de todos ellos, dice el gobierno libanés.
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