Cultura

Veo mal a México: Vargas Llosa

Conferencia. El Nobel de Literatura dice que quisiera que México jugara un papel fundamental como el gran país que es en América Latina, “aunque mucho me temo que este gobierno esté retrocediendo al país, que comenzaba a salir de esa dictadura perfecta”.

Conferencia. El Nobel de Literatura dice que quisiera que México jugara un papel fundamental como el gran país que es en América Latina, “aunque mucho me temo que este gobierno esté retrocediendo al país, que comenzaba a salir de esa dictadura perfecta”.

Veo mal a México: Vargas Llosa

Veo mal a México: Vargas Llosa

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Veo mal a México y me temo que esté retrocediendo con el populismo, que parece la ideología del actual Presidente, y nos conduzca otra vez a la dictadura perfecta o imperfecta, “pero dictadura al fin”, aseguró el escritor Mario Vargas Llosa en su conferencia El muro que tiraron las ideas, que se realizó ayer en el Museo Memoria y Tolerancia.

El autor de La fiesta del chivo, a pregunta expresa sobre la situación de México, dijo  que lo quiere mucho “y quisiera que éste jugara un papel fundamental como el gran país que es en América Latina, aunque mucho me temo que este gobierno esté retrocediendo a México, que comenzaba a salir de esa dictadura perfecta”.

Fue sólo una breve respuesta sobre México la que dio Vagas Llosa durante la conferencia realizada en conmemoración de la caída del Muro de Berlín, que aconteció el 9 de noviembre de 1989, sobre el cual señaló que este evento histórico significó la desaparición del comunismo, del desafío más grande que recibió la cultura de la libertad a lo largo de su historia. No fue una ideología diferente la que representó el comunismo, fue una ilusión, una fantasía a la que resultaba muy difícil resistirse y que es muy difícil que vuelva a renacer.

“Ningún adversario de la democracia es comparable a lo que representó la fantasía comunista, la cual tiene que ver con el sueño, la imaginación y con la profunda raíz humana. La utopía de comunismo era maligna porque representaba lo improbable y en el camino hacia ella destruía cosas como el individuo  y  la libertad”.

¿Quién en nuestra época puede ver en el comunismo el camino de la liberación, de la justicia y la libertad?, cuestionó.  Corea de Norte, Venezuela, Cuba y Nicaragua “son pequeñas dictaduras que parecen congeladas en el tiempo, nos dan la idea de un anacronismo histórico que no responde a los más elementales ideales de una humanidad que es alcanzar unas formas de vida decentes, de una coexistencia en la diversidad, de un mundo en el que el individuo exista y no el estado”.

Además, expresó que observa con perplejidad lo que pasa en Chile. “¿Hasta qué punto los extremistas han conseguido arrastrar a la sociedad en lo que parece una carrera suicida para acabar con el modelo que estaba convirtiendo a un país de tercer mundo a uno primermundista?, ¿cómo se explica que ese país haya producido ese rechazo, sobre todo de tanta gente joven? No tengo ninguna explicación, pero no creo que eso sea retroceder al tiempo de las utopías imposibles, se trata de perfeccionar la democracia que siempre será un sistema imperfecto”.

Tal vez Chile descuidó un aspecto de derechos humanos, fundamental de la democracia y del liberalismo, puntualizó. “Había una educación pública de altísima calidad,  que  es el sistema a través del cual se puede crear una igualdad de oportunidades. Probablemente, en esto el sistema chileno no era tan beneficioso y eso ha ido acumulando cierto resentimiento y rencor contra el sistema, en todo el caso, el fenómeno está ahí”.

Actualmente, explicó, lo que tenemos en nuestra realidad es “la democracia con todas sus imperfecciones o dictaduras feroces acompañadas de hambre, tristeza, miedo, terror”. Respecto a la democracia, Vargas Llosa aseguró que no crea sociedades perfectas, sino perfectibles en las que se deben eliminar los demonios que arrastra como el populismo, el nacionalismo, el supremacismo y  todas sus taras  que tanto daño le han hecho.

“Este sistema bien aplicado es el que ha traído a las sociedades menos imperfectas de la historia lo más cercano a la justicia, que crea una forma de humanidad y progreso, de coexistencia en la diversidad, que es a lo más que nosotros podemos aspirar como conjuntos humanos”.

Asimismo, expresó que si hubo un líder democrático admirable en nuestro tiempo es Nelson Mandela (1918-2013), quien desde la celda en la que se pasó  tantos años, concibió una Sudáfrica capitalista, marcada por la democracia en el que los negros y los blancos tuvieran las mismas oportunidades. Sin duda, él es uno de los grandes líderes de nuestro tiempo, pero un líder democrático, sería una gran injusticia y calumnia presentarlo como un líder comunista”.

“Donde hay democracia no hay comunismo, donde hay democracia de verdad, el comunismo es algo muy marginal y donde hay comunismo no hay democracia. Son incompatibles”, destacó.

LIBRO. A propósito de su reciente novela Tiempos recios en la que plantea que Estados Unidos fabricó la idea del comunismo en Guatemala para quitar a un presidente que no veía por sus intereses, detalló que el golpe militar que realizó Carlos Castillo Armas con el apoyo de la CIA (Agencia Central de Inteligencia estadunidense)  al gobierno de Jacobo Árbenz, terminó con la idea de “un gobierno  democrático, elegido en elecciones absolutamente limpias, que hacía reformas sociales profundas”, misma que llevó al Che Guevara a la conclusión  de que si alguna revolución va a triunfar en América Latina, tiene que acabar con  el ejército .

“Lo ocurrido  en Guatemala tiene una repercusión terrible en América  Latina, pero sobre todo en mi generación. Es algo que debemos defender los demócratas y los liberales, no los comunistas. Fue un gobierno elegido en elecciones limpias con un programa de reformas sociales profundas, capitalistas, que es lo que quería hacer Árbenz. No quería acabar con las empresas, quería que pagaran impuestos como en Estados Unidos, eso es sólo que quería la reforma agraria. Árbenz nacionalizó las tierras ociosas que los latifundistas o la United Fruit Company no trabajaban, para crear pequeños capitalistas que compitieran entre sí e impulsaran el desarrollo del país”.