Opinión

Vigotski: la construcción histórica de la mente

Vigotski: la construcción histórica de la mente

Vigotski: la construcción histórica de la mente

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Lev Vigostki (1896-1934) tuvo una vida breve e intensa. Su trabajo intelectual se dio en el marco de los corolarios culturales que produjo la Revolución Rusa de 1917 y su pensamiento no está exento de la influencia del marxismo (aunque su obra fue censurada más tarde por los líderes comunistas).

Las ideas de Vigotski surgieron en dura polémica con la psicología oficial de la ­URSS, la reflexología de Iván Pavlov, y con el individualismo metodológico de Jean Piaget, y se desarrolló en dos planos. En primer lugar, buscó distanciarse de la reflexología (procesos psicológicos inferiores) que, afirmaba, podía servir para explicar la conducta de los animales, pero no la de las personas; en segundo, se opuso al planteamiento psicológico de Jean Piaget que pretendía agotar la psicología en el individuo.

Para Vigotski la psicología del hombre requiere invocar, en primer lugar, a la conciencia, ya que la conducta humana no puede ser explicada sólo por procesos biológicos (los reflejos) sino por elementos subjetivos que no siempre son racionales o aprendidos. La conducta humana se caracteriza por apoyarse en la experiencia acumulada por generaciones anteriores, experiencia que no está presente al nacer pero que se adquiere mediante diversos procedimientos, el más importante de ellos es la escuela.

La experiencia humana es histórica, por definición, lo que no ocurre con los animales. Los animales se adaptan pasivamente al medio. Los procesos psicológicos superiores, en cambio, guían la conducta humana mediante la autorregulación y en consecuencia provocan una adaptación activa al medio. El rasgo principal de los seres humanos es la estimulación autogenerada, es decir, la creación y uso de estímulos artificiales que se convierten en causas de la conducta.

“La conducta —dice Lev Vigostski— tan sólo puede ser explicada como historia de la conducta”. Por eso el análisis psicológico, además de centrarse en el proceso, en oposición al objeto, y de ser explicativo y no únicamente descriptivo, “regresa a la fuente principal y reconstruye todos los puntos del desarrollo de una determinada estructura” de modo que ésta debe comprenderse como “una forma cualitativamente nueva que aparece en el proceso de desarrollo”.

Un aporte célebre de Vigotski a la educación es su concepto de Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), que es “la distancia que existe entre el nivel real de desarrollo, determinada por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a su vez por la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con un compañero más capaz”.

El aprendizaje, pues, no es sólo un proceso interno, sino que se incrementa con las interacciones personales. Es un fenómeno social. Se desarrolla como un proceso interpsicológico en el que la persona más capaz se asume como guía activo del proceso.

Gilberto Guevara Niebla