Metrópoli

Visita la Feria Navideña Artesanal en Magdalena Mixhuca

En el Velódromo Olímpico Agustín Melgar los artesanos ofrecen nacimientos, figuras de cerámica y barro, árboles de navidad y luces; también hay puestos de comida. La feria permanecerá hasta el 22 de diciembre

Artesanías mexicanas
Artesanías mexicanas Artesanías mexicanas (La Crónica de Hoy)

Si usted es amante de las tradiciones, le gusta “poner árbol” y sobre todo, nacimiento, todavía está a tiempo de asistir a la Feria Navideña Artesanal que se ubica en el Velódromo Olímpico Agustín Melgar en la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca, donde los artesanos que viajaron desde Tlaquepaque, Estado de México o los de la CDMX.  lo esperan diario para que conozca y compre sus productos, que son verdaderas obras de arte.

—Ha bajado la venta respecto a otros años —indicó doña Margarita—, como se ve, hay poca asistencia entre semana, dice la vendedora.

—Esperamos a sábados y domingos para que llegue más gente —señaló.

Los artesanos ofrecen nacimientos, figuras de cerámica y barro, puentes, ríos, cascadas, paquitas de paja, animales, papel roca, árboles de navidad y luces; también hay puestos de comida.

Dos pequeñas que caminan por el tianguis tomadas de la mano de su madre se sorprenden con las figuras de barro que ahí se ofrecen; los campesinos con su carbón y los vendedores de elotes llaman su atención, pero les gusta más la figura de una mujer que baña a su hijo en una tina con espuma.

—Mira, mamá, así nos bañabas tú cuando éramos bebés— la madre asiente y les explica el trabajo de los artesanos para hacer esa figura; les pide que tengan cuidado, porque es de barro y se puede romper.

Los artesanos tardan alrededor de 25 minutos en elaborar una pieza que venden hasta en 20 pesos, hay otras que se venden en 45 y así sucesivamente. Los nacimientos son de varios precios, dependiendo de su calidad; los hay desde 100 pesos hasta 3,500 pesos según el trabajo y tiempo que se invirtió en cada uno.

Las niñas continúan curioseando entre los puestos, que lucen vacíos; no hay gente, unos comerciantes platican con otros para no aburrirse o para mantenerse ocupados, otros más permanecen dentro de sus puestos, escuchando la radio o viendo una minipantalla.

Hay artesanos de todas las generaciones, algunos de la tercera edad, dicen que ya son varios años que viajan a la Ciudad de México a vender sus productos y que los realizan con mucho cariño  y orgullo,  las piezas están hechas a mano en barro polícromo que pintan con pincel: los detalle son impresionantes. Cada pieza tiene una particularidad que la distingue y enorgullece a su realizador.

Hay niños Dios con su propia personalidad, pues por ser artesanías no hay uno igual a otro: cambian los ojos, las  manitas, la sonrisa y el cabello, señaló uno de los vendedores.

Y como la imaginación es el límite se pueden hacer nacimientos de infinidad de tamaños, colores y texturas y en este tianguis lo puede conseguir, aquí  se surten vendedores de tianguis o mercados ya que las piezas se venden por mayoreo a un precio menor que si sólo se compra una.

Recuerda apoyar lo hecho en México a un precio excelente, la Feria permanecerá hasta el 22 de diciembre. Así que todavía hay tiempo para visitarla.

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