
Ecatepec cambió de rostro, aunque el color sigue siendo guinda. Morena retuvo el gobierno municipal, pero los ciudadanos no tardaron en notar que no todo lo que porta el mismo emblema gobierna con la misma responsabilidad. Y eso, en un municipio golpeado por la inseguridad, la precariedad de servicios y el abandono institucional, importa más de lo que parece.
Fernando Vilchis dejó el cargo con un saldo lamentable: uno de los alcaldes peor evaluados del país, con una ciudadanía que reprobó masivamente su gestión. Según el INEGI, el 90.3% de los habitantes consideró ineficaz su administración, y 7 de cada 10 señalaron la inseguridad como un problema sin resolver. A pesar de ese rotundo rechazo, Vilchis no se fue a su casa ni a rendir cuentas: hoy es diputado federal, perpetuando su carrera en el servicio público como un lastre institucional. Prueba de ello, el estado en que dejó Ecatepec.
Con la llegada de Azucena Cisneros Coss, también morenista, se notó un cambio inmediato de estrategia y de tono. A menos de cuatro meses de haber iniciado su gestión, registra una aprobación ciudadana del 62%, según QM Estudios. Sin prometer milagros, ha comenzado a resolver lo urgente: rehabilitación de pozos, pavimentación de calles, bacheo, luminarias encendidas y una reestructuración policial. Los resultados empiezan a reflejarse incluso en cifras oficiales: la percepción de inseguridad bajó 3.8 puntos, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI.
Azucena representa, por ahora, una Morena distinta: una que gobierna con los pies en la tierra, y no desde el cálculo político. Porque en municipios como Ecatepec, tan golpeados por el abandono, no se trata de colores, sino de prioridades.
Por cierto:
1. LOGROS. En Cuauhtémoc, por fin se habla de cuidados. La alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega puso en marcha la Tarjeta Violeta 2025, un apoyo económico para mil mujeres cuidadoras que reconoce su trabajo cotidiano, muchas veces invisibilizado. No es casualidad: a diferencia de su antecesora Sandra Cuevas, que nunca priorizó este tema, Alessandra es feminista, activista y ha hecho del derecho al cuidado una bandera real, no de discurso. Su compromiso no se queda en lo simbólico: busca ampliar el programa y construir una red de apoyo sólida. En una alcaldía que carga con tantas deudas, esta comienza a saldarse.
2. ESPERANZA. La Ciudad de México presentó una de las estrategias más completas a nivel nacional para enfrentar la crisis de desapariciones. Clara Brugada lanzó el plan 2025-2030 con más de 100 acciones, que incluyen prevención, atención a familias y fortalecimiento institucional. La apuesta incluye un Centro Integral de Apoyo y Búsqueda, un banco de ADN local, exhumaciones en fosas comunes y un gabinete metropolitano que trabajará con seis estados. La inversión inicial será de 255 millones de pesos, con énfasis en mejorar las capacidades forenses, duplicar el presupuesto de la Comisión de Búsqueda y coordinar esfuerzos entre instancias clave. Bugada Molina presentó una hoja de ruta clara, construida junto con colectivos de búsqueda. Si se ejecuta con firmeza, podría convertirse en referencia nacional. El compromiso está planteado. Ahora toca cumplirle a quienes siguen buscando a los suyos.
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