
En un día tranquilo destinado a la alegría y el descubrimiento, el terror golpeó los serenos valles de Pahalgam, en el territorio de la Unión de Jammu y Cachemira (India). Terroristas armados arrebataron sin motivo alguno la vida a veintiséis hombres inocentes: padres, hijos, hermanos y seres queridos. Cuando el terror golpea, sus temblores no se limitan a la geografía. El horrible atentado de Pahalgam ha sacudido la conciencia colectiva de la humanidad.
A miles de kilómetros de Pahalgam, en países de todo el mundo, incluido México, el dolor se siente profundamente. El domingo 27 de abril de 2025, en una solemne reunión de oración celebrada en la Embajada de la India en la Ciudad de México para recordar a las víctimas, miembros de la diáspora india y nuestros amigos mexicanos se reunieron, con sus rostros sombríos y sus corazones apesadumbrados. En Querétaro, una marcha silenciosa organizada por miembros de la comunidad india y amigos de la India envió un poderoso mensaje de que, incluso frente al terror, la humanidad permanece unida contra el odio y la violencia. Imágenes similares se vieron en muchos otros países, donde los miembros de la diáspora, apoyados por ciudadanos locales, llevaron a cabo marchas pacíficas para advertir a los grupos terroristas de que «¡Ya basta!».
Las víctimas de este atentado sin sentido en Pahalgam eran turistas comunes y corrientes -familias y amigos que exploraban la belleza de Cachemira- cuyas vidas se vieron truncadas por el odio. Los informes revelan que fueron atacados únicamente por su religión, un escalofriante recordatorio de la barbarie a la que pueden llegar las organizaciones terroristas. No se trata sólo de un ataque contra individuos, sino contra el alma de la India, una nación construida sobre la unidad, la diversidad y la paz.
La respuesta de India a esta barbarie está marcada por una firme determinación. El primer ministro Narendra Modi ha declarado inequívocamente: «La India identificará, rastreará y castigará a todos los terroristas, a quienes los manejan y a quienes los respaldan. El terrorismo no quedará impune». Sus palabras transmiten no sólo la voluntad de un gobierno, sino la determinación colectiva de una nación de 1.400 mil millones de personas que se niegan a dejarse amedrentar por el odio.
Esta búsqueda no es de venganza, sino de justicia legítima. Es una defensa del derecho de la humanidad a coexistir sin miedo. Desde los más altos niveles de liderazgo hasta el ciudadano más humilde, India habla con una sola voz: el terrorismo, en todas sus formas, será enfrentado y derrotado. La lucha de India contra el terrorismo no es sólo para su propio pueblo, es una lucha para todos aquellos que en todo el mundo creen en la dignidad humana, la paz y la justicia. Estos son los mismos valores que México siempre ha defendido.
La manifestación de solidaridad internacional en estos momentos dolorosos, que incluye mensajes de líderes mundiales y de personas de todo el mundo, fortalece nuestro espíritu. Afirma que en un mundo cada vez más marcado por el odio, las fuerzas de la paz y la fraternidad siguen siendo más fuertes. Como dijo acertadamente el Primer Ministro Modi: «Todos los que creen en la humanidad están con nosotros». En esta ocasión, también México ha reiterado su condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones.
Incluso en el luto hay inspiración. La reunión de oración en la Embajada y la marcha silenciosa en Querétaro y otros países demostraron que ninguna distancia, ninguna diferencia de nacionalidad, puede dividir a quienes creen en la dignidad humana. Al recordar a las víctimas, renovamos nuestro compromiso de construir un mundo en el que el terror no tenga cabida.
A los perpetradores del odio, nuestro mensaje es inquebrantable: que nunca doblegarán el espíritu de la India. Nunca podrán borrar los lazos de humanidad que unen a los pueblos de todos los continentes.
Hoy, mientras inclinamos nuestras cabezas en memoria de los difuntos, también levantamos nuestros espíritus en unidad. Ningún homenaje podrá aliviar el dolor de las familias de las víctimas, de los niños que se quedaron sin padres y de las mujeres que lloran la pérdida de sus maridos. Sin embargo, en nuestros recuerdos encontramos fuerza. Nos levantamos con determinación mientras recordamos con dolor a las víctimas. Y marchamos hacia adelante, siempre comprometidos con el triunfo de la paz sobre el terror.
Damos las gracias al pueblo y al Gobierno de México por compartir el dolor y los pensamientos por las familias de las víctimas y por estar con nosotros en este momento de profunda tragedia.