En el año 2000, China sólo fue el principal socio comercial de un puñado de países: Cuba, Irán, Libia, Myanmar, Mongolia, Corea del Norte, Omán, Sudán, Tanzania y Vietnam; esta historia es muy diferente ahora. Durante 2024, China fue el principal socio comercial de más de 120 países. Entre ellos figuran economías tan importantes como Japón, Corea del Sur, Vietnam y Taiwán. Además, China es también un importante socio comercial de Rusia y Ucrania, así como un gran exportador a Estados Unidos.

Existen varias publicaciones que estiman que China se convierta en la mayor economía del mundo a mediados de la década de 2030. Algunas fuentes sugieren que esto podría ocurrir ya en 2030, mientras que otras lo predicen para 2035, dependiendo de diversos factores económicos.
Las estimaciones anteriores utilizan el Producto Interno Bruto (PIB) de las economías medido en dólares constantes, sin embargo, el poder de compra de un dólar es diferente en EUA en comparación con China. Si se ajusta el PIB por su poder de compra (PPP por sus siglas en inglés), desde 2016, China ya es la economía más grande del mundo.

La relevancia económica y comercial de China es inapelable, sin embargo, China cuenta con una población cercana a los 1,400 millones de habitantes, lo que ubica el PIB per cápita de este país asiático aún muy distante de la producción generada por cada estadounidense (durante 2024, el PIB per cápita de China fue cercano a los 13,000 dólares versus los 85,800 dólares de EUA).
Es probable que la situación actual del comercio mundial tenga un impacto complejo y desigual en la economía china. Mientras que algunos aspectos del entorno comercial actual, como la desviación del comercio y el potencial de nuevas oportunidades de exportación, podrían beneficiar a China, otros, como la incertidumbre de la política comercial y los aranceles, podrían plantear desafíos. El impacto global dependerá de cómo responda China a estos retos y aproveche las oportunidades.
El estira y afloja entre las dos mayores economías del mundo - cuyas exportaciones (EUA + China) representan aproximadamente el 22% de las exportaciones globales - conlleva implicaciones más amplias que podrían dañar gravemente las perspectivas económicas mundiales.
No hay que olvidar que la región de América del Norte (Canadá, Estados Unidos y México) sigue siendo la región más competitiva del mundo, lo anterior debido a la combinación de recursos naturales abundantes, infraestructura moderna, mano de obra calificada y un marco legal robusto proporciona a la región una base sólida para mantener altos niveles de productividad y atracción empresarial. Estados Unidos lidera en innovación y capital; Canadá aporta recursos energéticos y tecnología; mientras que México ofrece costos laborales competitivos y una creciente capacidad manufacturera. Su proximidad geográfica y alineación normativa también fortalecen la resiliencia económica ante crisis internacionales, consolidando su liderazgo global. Lo que estamos viviendo en los últimos meses, pone en riesgo la competitividad de esta región y podría acelerar la consolidación de China como la mayor economía del mundo.
Los gobiernos de México, Canadá y Estados Unidos deberán de redoblar esfuerzos para aumentar la competitividad de la región (hasta ahora) más productiva del mundo, esto solo se podrá realizar mediante el diálogo y la cooperación, fomentando un entorno comercial más equilibrado y recíproco que beneficie a las industrias de toda Norteamérica.
Gerardo de la Peña
gdelapena@monarch-global.com
Senior Advisor en Monarch Global Strategies (MGS)