Opinión

Ovidio canta narcocorridos

Joven arrestado por la policía
Ovidio Guzmán Ovidio Guzmán (Cuartoscuro)

Ovidio Guzmán, conocido en los bajos mundos con El Ratón, tomó la decisión de cantar ante los fiscales de Estados Unidos todo su repertorio de narcocorridos. Se sabe un montón. Lo hace para obtener mejores condiciones de reclusión y, acaso, en un futuro no muy lejano, una liberación anticipada. Ya ha ocurrido antes. Si las autoridades gringas piensan que han recibido información valiosa pueden premiar al detenido.

Aunque nunca tuvo el lugar predominante en la estructura de mandos de la fracción del Cartel de Sinaloa de los Chapitos, Ovidio estuvo siempre en la jugada. De modo que sabe muchísimas cosas, comenzando por el nombre y cargo de autoridades mexicanas, pero también gringas, que alcanzaron un acuerdo con ellos para dejarlos trabajar en paz. El Cartel de Sinaloa no se convirtió en una de las bandas delictivas más poderosas del mundo por casualidad.

Ovidio ha estado implicado en tardes infernales para el Ejército mexicano. Alrededor de él estalló el llamado Culiacanazo, el momento más difícil para el instituto armado en décadas. Los soldados lo capturaron, es cierto, pero no calcularon la respuesta. En pocos minutos, Iván Archivaldo logró poner en las calles de Culiacán a cientos de sicarios. Algunos de ellos, se dice, tomaron posiciones afuera de casas de familias de soldados. El presidente López Obrador dio la orden de soltar al Ratón y retirarse. Algo que todavía cuesta trabajo escribir. Fue un agravio monumental.

Tiempo más tarde, en un villorrio a las afueras de Culiacán llamado Jesús María, el Ejército fue por él. Se registró una verdadera batalla. Al final quedaron sobre el terreno 30 cuerpos, diez de ellos de soldados. Se pagó un altísimo costo para detener al Ratón y mandarlo extraditado a Estados Unidos. Aunque alcance un acuerdo con los americanos, Ovidio no se le puede escapar a la ley en México. Los diez soldados que perdieron la vida en su captura merecen justicia.

Desde que lo extraditaron comenzaron las versiones de que buscaría un acuerdo con sus captores. Acuerdo que según despachos informativos se confirmó. Si los fiscales gringos aceptaron es porque piensan que Ovidio puede implicar a personajes de peso político, por lo que muchos políticos sinaloenses, y de otros lados de la república, deben estar justamente preocupados. No solo políticos, empresarios y cantantes de corridos tumbados también tienen que ir prendiendo veladoras. El acuerdo alcanzado por el Ratón es una decisión política de hondo calado. Pronto se verá si Ovidio es bueno para los narcocorridos o desafina a cada rato.

Con el Mayo, El Chapo, el Chapito y Ovidio detenidos en cárceles de Estados Unidos el Cartel de Sinaloa atraviesa por las horas más bajas de su historia criminal que ha bañado de sangre el occidente del país. El próximo 9 de julio se realizará una audiencia, una vez que Ovidio acepte su culpabilidad comenzará a operar el acuerdo de cooperación y, entonces sí, que todos sus cómplices estén confesados porque les esperan jornadas amargas. Aquellos que visitaban Badiraguato a cada rato con cualquier pretexto, deben estar ahora buscando un buen bufete de abogados o una guarida en el extranjero, digamos Cuba.

Ovidio puede ser el testigo estrella en el juicio en contra del Mayo Zambada, a menos claro que el antiguo capo también de declare culpable y acepte un acuerdo de cooperación, posibilidad que está sobre la mesa. Pero si el Mayo insiste en decir que es agricultor, Ovidio lo hundirá. La versión es que los Chapitos culpan al Mayo de la caída de su padre, el Chapo. No hay que olvidar que también está en Estados Unidos y también busca un acuerdo Joaquín Guzmán, medio hermano de Ovidio y quien supuestamente engatusó al Mayo Zambada para reunirse con el gobernador de Sinaloa y con Nemesio Cue, el exrector de la UAS, que no puede declarar porque lo mataron justo ese día en el lugar de la supuesta reunión.

jasaicamacho@yahoo.com

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