Tras la espantosa y agónica muerte padecida hace unos días por el perrito comunitario CAPUCHINO, allá en Tabasco, viene a cuento celebrar por todo lo alto el que mi CdMx haya dispuesto para su Ley de Protección y Bienestar Animal una fracción destinada precisamente a los animales que forman parte de una comunidad humana, aunque no tengan hogar fijo. Esto significa que a partir del pasado 3 de mayo todo michi o guaguá que deambule libremente por las calles de colonias o pueblos (por sus espacios públicos y áreas comunes) estarán protegidos. Eso sí, siempre y cuando cuenten con la aceptación de esa comunidad y con una o varias “personas benefactoras” que respondan por su cuidado, alimentación, vacunación, esterilización y comportamiento, además de que en sus collares y/o pecheras deberán portar una placa con los datos de contacto de al menos uno de sus tutores, referencias que igualmente podrán aparecer bordadas, y...

Otro punto que se incluyó dentro del mismo Decreto publicado el 2 de mayo fue la prohibición… ja, ja, ja… para que en las “escuelas de adiestramiento” no se recurra a maltrato animal en los métodos de enseñanza, promoviendo el uso de técnicas o mecanismos que garanticen el bienestar de los pupilos. Esta disposición, de no ser estrechamente vigilada aleatoria y sorpresivamente, será letra muerta y por lo tanto ley burlada a no ser que en el mientras maten algún lomito y el caso se viralice en las RR SS por tres días, sin mayor consecuencia hasta el siguiente. Y no crean que el mal trato, la crueldad y el abuso solamente se dan sobre animales domesticados, los seres más débiles y accesibles de nuestra cadena de vida. Ahí tenemos a la vista numerosas denuncias públicas y publicadas sobre el fatídico estado de fauna silvestre, tanto la que está en libertad como la cautiva, tal como fue el reciente caso del anquilosado león que en el zoológico de Culiacán estaba malviviendo, a grado caquéxico, entre sus heces y orines, esperando por la bendita muerte que al fin le llegó y que nunca debió ser de esa manera ni aún teniendo cáncer, como tardíamente les dio por informar como justificación. Y claro, la condición del felino salió a relucir porque el titular de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de la República Mexicana (AZCARM) la divulgó, peeeero, porque ahí tenía su centro de operaciones para lavado de fauna, “intercambios” y hospedajes a cargo del erario al estar de Director su cuñado, que al ser removido impidió que siguiera con las tropelías yéndose entonces a la yugular del actual Director, sin tomar en cuenta que la condición de ese animal y la de otros individuos que igualmente sacó a relucir es achacable por completo a su pariente político, dado el tiempo transcurrido. Al lamentarse por los animales conmueve, sí, a quienes lo siguen y seguramente desconocen lo que puede haber detrás, empezando por llamar la atención su larga duración al frente de esa Asociación Civil y el que de repente haya surgido con tantos recursos… tantos… que pudo darse el lujo de montar una instalación de un día para otro (Ostok), de movilizar dos centenares de tigres a la India, como asimismo programar la partida a ese mismo “paraíso” de un aproximado de 60 hipopótamos provenientes de Colombia, donde han parado el operativo porque… cuando hay duda ya no hay duda. Es, además, persona que descalifica la injerencia de no profesionales en su haber, cuando él no ostenta ninguna profesión, ni siquiera relativa, como no sea su habilidad con la lengua y para comercializar fauna silvestre, además de tener enganchados a los miembros para que la AZCARM sobreviva sin costarle dinero a ningún zoológico. ¿Raro no?, más será tema del que en otra oportunidad me ocuparé, ya que por hoy no quiero omitir que Mariana Boy, titular de la ProFePA y como así responsable de verificar que la fauna silvestre libre y cautiva esté bien y tratada digna y decorosamente, no podrá hacerlo debida y oportunamente sin recursos económicos y materiales suficientes y menos con personal tan corrompido e ineficiente y de pilón con la Dirección General de Vida Silvestre (quizás una de las dos áreas más corruptas y corrompidas de la SeMARNat) autorizando a diestra y siniestra la posesión y tenencia de fauna sin verificar que, al menos, los planes de manejo estén adecuados, actualizados y correctamente descritos y limitados para que la Procuraduría no sólo base sus correrías y despachos en cuestiones burocráticas como la falta de papeles y de “legal procedencia” de los especímenes, y que a falta de ello termine derivándolos a donde se los reciban. Hace unos días, por ejemplo, decomisaron un par de canguros rojos que mandaron a lugar harto cuestionado, partiendo de que Hidalgo es modelo contundente de malos zoológicos. Y aquí no para el asunto. En el dizque recientemente reinaugurado zoológico Wameru de Querétaro no se quedan atrás, y todavía sale el gobernador Mauricio Kuri con que se dio su vuelta por ahí el pasado sábado, encontrando que los animales tienen doctores y harta comida. Me pregunto cómo pudo soltar tanta pendejada en unas cuantas palabras.
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