Opinión

Boina Verde en Palacio Nacional

Ron Johnson al jurar como embajador de Estados Unidos en México (@emoctezumab )

Ron Johnson no es solo otro embajador gringo guadalupano, es un embajador que tiene una misión específica, la de crear las condiciones que permitan operaciones de fuerzas especiales de Estados Unidos en suelo mexicano para combatir aquí a traficantes de fentanilo.

El poder letal del fentanilo, que antes de matarlas convierte a sus víctimas en zombis, asustó a la sociedad norteamericana y se convirtió, por eso, por el espanto provocado, en un asunto político de primer orden. Donald Trump se dio cuenta y ubicó el combate a los traficantes en el eje de su campaña para regresar a la presidencia de Estados Unidos. Para demostrar que sí cumple y que el pueblo norteamericano hizo bien en votar por él, tiene que llevar a cabo acciones contundes contra los carteles, como atacarlos aquí en operativos que tengan amplia cobertura televisiva. En esas anda, buscando por dónde entrar.

Esto nos trae de regreso a Ron Johnson que no solo es un diplomático curtido en mil batallas, es un ex Boina Verde, y un ex alto mando de la CIA, de modo que las operaciones encubiertas son lo suyo. Lanzar una acción unilateral podría descarrilar la relación con México, ya que pondría a la presidenta Sheinbaum en una posición francamente complicada, por eso presiona, y presionará más fuerte, para alcanzar un acuerdo que abra las puertas a una operación conjunta, pero que en el convoy vayan reporteros de la cadena Fox.

El embajador Ron es solo una parte de ese enorme operativo. El gobierno de Estados Unidos tiene un arsenal colosal para ejercer presión. Por principio de cuentas tiene en prisiones de su país a varios de los más conspicuos mafiosos mexicanos, muchos de ellos entregados en este sexenio, por cierto. Tiene al Mayo, a los Chapitos, a la parentela de Ovidio, incluida su madre. Los Chapitos buscaron y consiguieron un acuerdo de colaboración a cambio de cantarle a las autoridades de Estados Unidos todos los narcocorridos que se saben, que son muchísimos.

Tiene además un arma de destrucción masiva política, que no judicial, la famosa lista de mexicanos, políticos y empresarios, que han colaborado con los narcos en los últimos años. Se dice que son docenas, varios de ellos integrantes de la 4T. Empezar a soltar nombres generaría turbulencias políticas en México de consecuencias inimaginables. Tome nota: ni siquiera tienen que demostrar ante un jurado que esos políticos mexicanos son culpables, con solo mencionar sus nombres y decir que están siendo investigados, basta y sobra. Quitarles la visa equivale a una condena previa.

De modo que el embajador Johnson tiene tela de donde cortar. Varios de esos temas saldrán a relucir a partir de hoy mismo una vez que Ron le entregue a Sheinbaum sus cartas credenciales. La cuestión no es si EU lanzará acciones militares en México, si no en dónde aterrizarán los marines y si irán acompañados por elementos de las fuerzas especiales mexicanas. No está de más decir que entrenaron, americanos y mexicanos, en los mismos centros de adiestramiento. Han sido compañeros de clase en West Point. Lo de la famosa lista puede ser una quimera, aunque Tim Golden en un periodista serio, galardonado y lo cierto es que tiene lógica como herramienta de presión. Pueden empezar con los gobernadores morenistas de la franja fronteriza y seguirse hacia el sur hasta Palenque, por ejemplo. Claro que también puede haber figuras de otros sexenios que juntaron sus millones y están agazapados.

Lo importante en todo caso es tener claridad de que se trata de elementos de un operativo mayúsculo de presión sobre la presidencia mexicana. La obsesión de control del establishment gringo está en marcha. Esa obsesión estaba vigente mucho antes del regreso de Trump al Salón Oval y ahí seguirá cuando Donald retorne a su mansión de Mar-a-Lago a rendirle cuentas al creador. Seguro el creador lo manda al infierno.

jasaicamacho@yahoo.com

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