Opinión

Las dimensiones del fracaso

Elección del Poder Judicial (Crisanta Espinosa Aguilar)

Después de recorrer todas las etapas de la trampa: sobrerrepresentación legislativa, votos mercenarios en el Senado, perversión constitucional, negrura en las campañas publicitarias, en pos de la supuesta moralización del Poder Judicial, acordeones, colonización del INE, acarreo, movilización de los siervos nacionales para el día electoral, y todo cuanto más se recuerde, Morena dejó en su casa --fuera de la elección-- a 87 de cada cien mexicanos.

Y, sin embargo, cantaron victoria.

Vistieron de seda a la mona autoritaria y perversa y la cubrieron con el peplo de la democracia impoluta. ¡Viva, viva!, decían mientras la reina caminaba desnuda.

Sin darse cuenta hasta su soberbia fue traicionada porque si la jefa del Estado (Estada), atribuía la legitimidad de todo el proceso a su empaquetamiento en la oferta electoral vencedora en 2024, y con el sofisma en la mano proclamaba la previa popularidad de la Reforma, hoy se le han rasgado los imaginarios tules de la legitimidad.

“…El sistema electoral establecido por la Revolución Cubana ¡es único! No tenemos que ir a ninguna otra parte a aprender nada, más bien podríamos decir: vengan aquí a aprender cómo se puede hacer un sistema electoral democrático”, decía Fidel Castro el 17 de septiembre de 1987 en el Palacio de Convenciones de La Habana.

Esa idea del magisterio automático, de la originalidad y, por tanto, de los sistemas producto de la inventiva nacional en procesos dizque perfectos aquí se ha replicado notablemente. Veamos esta declaración del pasado marzo. No tiene desperdicio:

“(Forbes).- Ahora somos el único país del mundo en el que también el pueblo va a elegir a sus jueces, juezas, magistradas, magistrados, ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación...sí la democracia es el poder del pueblo, eso quiere decir, que entonces vamos a ser el país más democrático del mundo porque vamos a elegir a los tres poderes…”

Sin embargo, el pueblo no es el trece por ciento del electorado.

Ni siquiera el 100 por ciento lo sería porque hasta quienes no llegan a la edad ciudadana son parte del pueblo.

Pero la ridícula participación del domingo, no puede considerarse un éxito, ni siquiera en los amplísimos predios de la autocomplacencia morenista. Mucho menos una genuina expresión de la voluntad nacional.

La voluntad mayoritaria --manifestada a través de una ausencia de 87 de cada cien mexicanos -- quizá podría estar más cerca de la realidad. La verdad fue el rechazo. Por eso estas declaraciones triunfalistas y mentirosas son inadmisibles hasta para el discurso político de la mentira enquistada:

“(Infobae).- Un día después de las elecciones judiciales, Claudia Sheinbaum Pardo declaró que los resultados fueron muy buenos aun cuando la oposición aseguraba que nadie acudiría a votar.

“Después de compartir los datos del proceso electoral de 2024 por partido político y mencionar que votan menos por los partidos políticos del PAN y el PRI (¿?), la presidenta afirmó que se trató de una elección austera, maravillosa y democrática.

“Además, comentó que fueron trece millones de personas las que participaron y describió el suceso como algo “inédito, impresionante, maravilloso y democrático”.

Pues inédito sí, pero eso no tiene ninguna importancia. Maravilloso, también, como podría maravillar un gato de cinco patas; democrático, pues quien sabe. Si para decidir algo se convoca a cien y acuden trece, pues la democracia está ligeramente jodidísima.

Pero se debía justifica la cantaleta de días anteriores:

“…La presidenta concluyó su intervención destacando que México “es el país más democrático del mundo” y convocó a la ciudadanía a tener confianza en este nuevo rumbo institucional.

“…Vivimos un momento extraordinario. Somos un país libre, soberano, independiente, cada día más justo y más democrático”.

Quizá para lo único útil de todo esto es para saber una verdad revelada por el profeta de Palenque: CSP es la mejor presidenta del mundo.

Gracias por la información, señor. No se esperaba menos de su talento.

BORGES

“La democracia es un abuso de la estadística, nada más”.

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