
Lo que acaba de anunciar el Infonavit no es una política pública: es una rendición. Bajo el disfraz de “regularización”, el gobierno federal plantea premiar a quienes invadieron propiedades ajenas. No serán desalojados, al contrario: podrán quedarse pagando una renta baja o incluso comprar la vivienda a precio de saldo. ¿El mensaje? Que en México vale más violar la ley que cumplirla.
El director del organismo, Octavio Romero Oropeza, no solo normalizó la ocupación ilegal de viviendas, sino que abrió la puerta a que se institucionalice la figura del invasor premiado. ¿Qué pasa con los derechohabientes que sí pagaron, que dejaron de pagar por motivos de fuerza mayor o que simplemente esperan una vivienda? A ellos, si acaso, se les “reprogramará el crédito”… si su casa no ha sido ya tomada por otro.
Resulta grotesco que mientras se denuncian casos graves de corrupción interna -fraudes, créditos duplicados, juicios masivos amañados- el mismo organismo decida priorizar a quienes rompieron la ley. La política de vivienda del Estado se volvió rehén del caos que generó su propia incompetencia.
Este no es un acto de justicia social. Es un incentivo perverso para que cualquiera tome lo que no le pertenece, con la certeza de que el gobierno, tarde o temprano, lo legitimará.
Por cierto:
1. ÓRALE. Dicen que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene puestos los ojos en el oriente del Estado de México, y prueba de ello fue la visita de Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Gobernación y una de sus colaboradoras más cercanas, quien acudió este lunes a Nezahualcóyotl para presenciar la entrega de nuevas patrullas. El mensaje fue claro: desde el gobierno federal se quiere respaldar con todo el trabajo en esta zona del país para mejorar la seguridad y mostrar resultados concretos. En el gobierno estatal agradecieron el espaldarazo, y más aún el alcalde morenista Adolfo Cerqueda, a quien Rosa Icela elogió como “un ejemplo para otros presidentes municipales”. ¿A quiénes se referirá?
2. OJO. Trascendió que la Mesa de Seguridad celebrada en Texcoco, la semana pasada, no sólo le dio material a la gobernadora Delfina Gómez, quien habló de un 44% menos de robo de vehículos en la Estrategia Operativa Oriente; también arrojó datos alentadores para Naucalpan, donde el Secretariado Ejecutivo registra una reducción de 19.2% en delitos de alto impacto durante los primeros cinco meses del morenista Isaac Montoya. El alcalde apuesta por “reconstruir la seguridad desde los cimientos” y, para demostrarlo, desplegó 250 patrullas nuevas, sumó drones y renovó uniformes; sus equipos subrayan que la extorsión cayó otro 17% en el primer cuatrimestre. Aun con el habitual escepticismo ciudadano, las cifras apuntan a una tendencia favorable que, si se sostiene, podría afianzar la confianza en la administración municipal.
3. OLFATO. Parece que el llamado de atención que hizo la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, por la creciente invasión del comercio informal en Paseo de la Reforma —la avenida más emblemática de México— no cayó en saco roto. El gobierno central finalmente anunció un reordenamiento, ante lo que ya era un exceso evidente. Las quejas que recogió la alcaldesa no venían solo de vecinos hartos del caos, sino también de empresarios que vieron caer sus ventas por la instalación descontrolada de puestos ambulantes. Y aunque el control del comercio en Reforma no es competencia directa de la alcaldía, Rojo de la Vega hizo lo que muchos no: escuchar, levantar la voz y marcar agenda. La ciudad no necesita discursos, necesita orden. Buen olfato político.
Vivo la noticia, para contarle la historia
@juanmapregunta