Opinión

La ambigua defensa de las libertades

Censura

Poco a poco, con el sigilo de una estrategia planeada y de importantes agregados coyunturales, el movimiento de regeneración nacional Morena, avanza a tientas en el campo de las prohibiciones. Uno de sus esfuerzos más visibles es contra la comunicación o el periodismo, como se le decía antes a esa actividad por la cual quienes no sabían algo lo llegan a conocer a través de personas dedicadas, como decía Gabriel García Márquez de decirle a uno lo que saben otros.

No es necesario exaltar los valores democráticos de la función informativa. Tampoco entonar un canto fervoroso en pro de esta delicada profesión, cuyo sentido –decía José Alvarado—se logra cabalmente cuando las manos están limpias y el corazón ardiente. No. No tienen caso.

Baste recordar los más recientes casos en los cuales Morena –o sus políticos en altas posiciones--, se han desatado en contra de informadores, periodistas y similares, pues ahora todo cabe en un mismo costal aun cuando ni los iguales sean iguales entre ellos. En fin.

Un caso grave de censura se ha dado en Tamaulipas hacer ya algunos días en contra del columnista Héctor de Mauleón. Su pecado fue descubrir actos de corrupción en la Agencia Nacional de Aduanas de México, con posible responsabilidad Juan Carlos Madero Larios, jefe de Operación Aduanera y con apoyo del Centro Nacional de Inteligencia, la presunta participación de la ex consejera jurídica del señaladísimo gobernador Américo Villarreal por quien muy pocos meterían las manos en el fuego, fuera de sus validos en Morena y el gobierno bajo su dominio, la señora Tania Contreras López quien (“La verdad”) recibió el pasado miércoles 11 “la constancia de mayoría que la acredita como magistrada presidenta electa del Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas, al concluir el primer proceso en México para integrar el Poder Judicial mediante el voto ciudadano”.

Toda esa ampulosidad en la información permite suponer otra etapa en la persecución contra De Mauleón, a quien ya se le había prohibido desde las barandillas morenistas del Estado escribir de tan singular jurista, ahora entronizada en el alto tribunal gracias al “voto del pueblo sabio”.

Recordemos algunos detalles del caso en la pluma del propio De Mauleón:

“El pasado 15 de mayo un notificador del Instituto Electoral de Tamaulipas, IETAM, pegaba en la puerta de mi casa dos cédulas por medio de las cuales se me notificó de una “Resolución por la que se ordena la adopción de medidas cautelares”. El notificador me dijo que el INE había entregado, “por un convenio”, la dirección de mi domicilio.

“Supe de inmediato de qué se trataba. En días anteriores me habían pasado una nota que señalaba que Tania Contreras, exconsejera jurídica del gobierno de Américo Villarreal y candidata a Magistrada del Supremo Tribunal Electoral, nos había demandado, a mí y a EL UNIVERSAL, por los delitos de calumnias y violencia política en razón de género (por su aspiración al tribunal).

Lo notable en este juego de espejos es la eterna contradicción desde la cima del gobierno federal, (o la persistente reacción en favor de una libertad amenazada en ese o en cualquier otro caso) sin medidas visibles en consecuencia.

Dijo Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación en ausencia de la señora presidenta con “A”:

“…Creo que todos los casos tienen que ser revisados (se refería a los más recientes de Pueblo y Campeche, de los cuales hablaremos más adelante), porque el pueblo de México no está a favor de la censura. El pueblo de México está a favor de las libertades y, pues, del respeto a las garantías constitucionales: el derecho a la manifestación, el derecho a la libertad de expresión, el derecho a libre tránsito, en fin, el derecho a la propiedad privada, todos los derechos y las garantías”

Y ya en su atril presidencial, la doctora Sheinbaum confirmó:

“Nuestra posición (Quadratín) siempre está en contra de la censura y a favor de la libertad de expresión, no vamos a estar de acuerdo con un artículo que promueve la censura”.

“Recordó que el gobernador poblano, Alejandro Armenta, propuso realizar mesas de diálogo para dar a conocer los detalles de la ley y pidió esperar a las reuniones, para conocer la resolución. Por otra parte, también le cuestionaron por la situación de Campeche, en donde se vinculó a proceso al periodista Jorge Luis González, bajo el cargo de Discurso de Odio en contra del gobierno de Layda Sansores.

“En el caso de Campeche, no conozco la situación, pero en cualquier caso que tenga que ver con censura, estamos en contra. Garantizamos la libertad de expresión y los gobernadores también lo deben de hacer…”

Todo lo anterior no frena la soberbia de fondo. Según la presidenta (con A), las baterías ser enfilaron políticamente contra la Reforma Judicial y ahora se esgrime un nuevo tema adverso: la censura:

--No va a ser andanada. Porque ya ahora ya traen ese, ¿no? (ese tema).

“Antes era “¡autoritarismo por la reforma al Poder Judicial!”; ya escucharon hablar al que va a ser presidente, y así como que digan “¡qué autoritario!” pues no, ¿verdad?; al revés. La verdad, muy importante sus declaraciones en el sentido de que va a haber justicia para todos y que lo importante es este cambio, y que la Corte se acerque a la ciudadanía.

“Entonces, ya, eso ya pasó. Ahora viene lo siguiente: “¡censura!”, “ya censura en Puebla”, “censura en Campeche”, “censura en…”; ya ahora es la nueva, el nuevo tema de crítica al gobierno. Libertad de expresión… siempre lo vamos a defender. Ahora, hay casos específicos que hay que ver qué es lo que… cuál es el tema. Pero nuestra posición es libertad de expresión.

--¿No hay de qué preocuparse, entonces?

--Libertad de expresión. Cuando dicen que “hay autoritarismo”, la gente dice: “¿Cómo que autoritarismo, si hay libertad total en el país?”

¿A qué se debe la airada expresión de la señora presidenta? Pues a dos cosas. Una de ellas de tono preocupante: asumir toda discrepancia o acción de reflexión o crítica, como parte de una crítica aleve al gobierno y no como el genuino señalamiento de los yerros de una corriente política cuyos pasos amenazan libertades y hasta garantías.

Las leyes poblanas dizque de ciberseguridad y la actitud de Layda Sansores de someter a proceso a un periodista incómodo, quien –según ella—la infamó, no son invenciones de los conservadores ni de sus enemigos (si los tuviera). Son hechos reales como real es su iniciativa de ley en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión cuyo trámite fue detenido por esas mismas razones: su intento de control contra los medios.

Todas esas leyes, cuya utilidad no parece social sino en favor de la estructura política dominante, como fue el caso de Cuitláhuac García, una de las cumbres filosóficas del morenismo, por cierto, con una ley contra las injurias a la autoridad por cuya aplicación cientos de personas conocieron el encierro y la sombra.

Cuando uno escucha la defensa de la libertad por un lado y las críticas contras quienes la practican, tiene derecho de preguntar:

--¿Entonces en qué quedamos?

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